«Contar la Historia de Jesús» en Camboya

PHNOM PENH, jueves, 21 junio 2007 (ZENIT.org).- Los católicos en Camboya están poniendo en acción lo que aprendieron y experimentaron el año pasado en el Congreso Asiático sobre la Misión.

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En torno a 170 líderes y agentes eclesiales del vicariato apostólico de Phnom Penh se reunieron en la capital el 18 de junio para reflexionar sobre «Contar la Historia de Jesús», haciéndose eco del congreso que se celebró en octubre pasado en Tailandia.

El padre Olivier Schmitthaeusler, de las Misiones Extranjeras de París, uno de los organizadores de la reunión, dijo a UCA News: «El Congreso Asiático sobre la Misión fue un auténtico reto para nuestra Iglesia en Camboya».

Desde entonces, el vicariato de Phnom Penh, uno de los tres territorios de la Iglesia en el país, ha estado planificando para poner en práctica las conclusiones del congreso, dijo el sacerdote.

Esta es la primera vez que el clero, religiosos, misioneros laicos y voluntarios, representantes de ONG católicas y personas de varias instituciones eclesiales se encuentran para compartir cómo han experimentado «la historia de Jesús» en su vida personal, añadió.

La reunión tuvo lugar en la escuela Don Bosco, dirigida por religiosas salesianas.

«Estuve descubriendo a Jesús en mi vida personal durante varios años –compartió Set Somath–. No ha sido fácil porque mi familia me critica porque yo ya no sigo el budismo», añadió el presidente del Centro de Jóvenes Estudiantes de la Iglesia Católica en Phnom Penh.

«Sin embargo, siento una alegría interior y una fuerza que viene de mi fe en Jesús –añadió–. Siempre me ayuda a comprender a mis hermanos y hermanas camboyanos y a amarles más».

La hermana Desiree, de las Misioneras de la Caridad, dijo: «He descubierto la riqueza de nuestro Señor Jesucristo en la vida de muchos camboyanos pobres, especialmente los más pobres de los pobres, cuyas vidas me han impresionado profundamente. Mi compromiso personal de trabajar entre los pobres viene de Jesús que tocó mi vida».

Som Rany, uno de los 30 delegados camboyanos en el Congreso Asiático sobre la Misión, recordó lo impresionante que fue para ellos esta experiencia. «Estábamos realmente maravillados de encontrar a delegados de cada país de Asia. A menudo encontrábamos a gente de países de los que nunca habíamos oído hablar antes», afirmó.

Otros participantes indicaron que la Iglesia en Camboya puede aprender de las Iglesias en otros países de la región del Mekong.

También señalaron que Camboya ha experimentado rápidos cambios en la última década, tales como la urbanización, emergencia de una clase adinerada, marginación de la población rural, fuerte influencia de los medios extranjeros, aumento de la población juvenil y de la clase trabajadora, y temas relacionados con la expansión del sida. La Iglesia local tiene que afrontar estos desafíos en su narración de la historia de Jesús, dijeron.

Para reforzar el mensaje del Congreso Asiático sobre la Misión, los líderes eclesiales y otros participantes resolvieron reunirse en pequeños grupos locales cada mes para rezar y reflexionar sobre el Evangelio. También decidieron celebrar cuatro retiros al año, realizar clases de Biblia y encontrarse una vez al año los líderes del vicariato.

El obispo Emile Destombes, vicario apostólico de Phnom Penh, describió la reunión como un gran día para la Iglesia en Camboya. «Es responsabilidad nuestra reunirnos como un cuerpo para testimoniar a Jesús a la sociedad camboyana», dijo el prelado de las Misiones Extranjeras de París.

«La Iglesia en Camboya todavía tiene un rostro extranjero cuando se la compara con otras Iglesias asiáticas», señaló. Sin embargo, «en los últimos años hemos visto un gran incremento en el número de camboyanos que han sido tocados por Jesús en su vida y se han hecho católicos».

La Iglesia camboyana está luchando por reconstruirse tras la devastadora guerra civil a principios de los 70, y la brutalidad del gobierno de los Khmer Rojos guiado por Pol Pot. Los sacerdotes o religiosas no nativos en el país sobrevivieron sus cuatro años de reinado del terror (1975-1979), mientras que al menos medio millón de personas fueron asesinadas o murieron a causa del mal gobierno.

Desde 1989, la Iglesia católica en Camboya ha experimentado un renacer, así como la religión en general. Las estadísticas de la Iglesia cuentan 19.000 católicos en una población total de 12 millones, de los que más del 90% son budistas.

Además del vicariato de Phnom Penh, los otros dos territorios de la Iglesia en el país son las prefecturas apostólicas de Battambang y Kompong Cham.

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ZENIT Staff

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