“Busco terrenos para crear cien huertos de manera de darle trabajo a las personas que están desocupadas: tendrán al menos un poco de patatas, tomates, pollos, conejos para la mesa”. Pero sobre todo “para darle la dignidad a quien perdió el trabajo”.
Estas han sido algunas de las palabras del obispo de Livorno, monseñor Simone Giusto, en la homilía de la fiesta patronal de Santa Julia, para promover una nueva iniciativa contra la desocupación.
Pocos días antes en la catedral, el obispo insistió sobre el trabajo y la crisis: “El trabajo es un derecho bíblico –recordó– y crearlo es la primera obligación de cada político, iniciando por los cristianos”. Y concluyó que “en mi diócesis no puedo permitir que haya personas desesperadas porque han perdido el puesto de trabajo y no saben qué hacer. Nos inventaremos de todo para dar la dignidad de un trabajo a quien vive el drama de la desocupación”.
En declaraciones tomadas por diversos medios locales y por el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, el obispo precisó que al viajar por las periferias ha visto que muchas personas tienen su huerto y que hablando con algunos asesores regionales supo que en la zona hay carencia de productos agrícolas, los que llegan desde afuera. Y que en este momento de crisis los huertos podrían ayudar a dar trabajo a las personas.
Y se planteó por qué no darle un pedazo de tierra a quienes han perdido el trabajo o a los jóvenes que aún no lo tienen. Especialmente teniendo en vista que podría ser el inicio de una pequeña actividad, pero sobre todo porque le devolvería la dignidad a quien está desocupado.
“Además –recordó- para las pequeñas actividades empresariales o de este tipo existen microcréditos que se pueden restituir con condiciones buenas”.
Tras el pedido del obispo, diversas personas pusieron a disposición diversos espacios de tierra agrícola, e incluso alguno se dijo interesado en instalar sistemas para regar sus campos.
El proyecto será gestionado por la Caritas diocesana y representa una ampliación de la Casa de Artes y Oficios, en la cual la diócesis está trabajando desde hace algunos meses. En un edificio de su propiedad, de hecho está trabajando para crear un lugar destinado para los artesanos en pensión, quienes enseñarán los trabajos de electricidad, sastrería, cocina o fontaneros. No solamente a los jóvenes, sino también a personas entorno a los 50 años que se quedaron sin trabajo y que pueden reciclarse en otra activad laboral.