Creo en mi papá

Catequesis para la familia

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 Por Sacramento Rosales

Tras la homilía del sacerdote, la asamblea celebrante reza el Credo. Es un momento especial, una manifestación de amor correspondido que sale de lo más hondo de nuestra experiencia y que compartimos con los demás. Comienza el Credo y manifestamos nuestro conocimiento de sabernos amados por Dios, primero por el Padre…

Sabiéndose a sí mismo cualificado y, puesto que su esencia misma es Amor, comenzó a donarse en cada cosa que creó y que más tarde quiso compartir con nosotros, a quienes nos instituyó como hijos.

Nuestra propia naturaleza de hijos suyos nos hará, a lo largo de la vida, preguntarnos por su existencia. Es por ello que nos enfrentamos a querer reconocernos en Él, aunque no seamos ni creyentes, porque la misma creación grita la Omnipotencia de Dios.

¿Pero cómo es Dios Padre?
Jesús, nos enseña a rezar el Padrenuestro, y nos explica :

«Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!» ( Mateo 6, 26-30)

Podemos añadir de nuestra propia cosecha, de esa con que el Espíritu Santo nos instruye y ayuda para poder llamar a Dios Papá;

-Saliendo al exterior a observar el cielo, las plantas, los insectos, intentando descubrir con cuanto amor Dios Padre sigue creando cada día para nosotros sus hijos. Con cuánto amor hace que la tierra gire en torno al sol para que todos podamos contemplar sus amaneceres.

-Preguntando a los más pequeños ¿Existe el viento? ¿Y cómo sabes que existe si no puedes verlo? ¿Cuándo te quiero con que lo hago? Y explicaran que de palabra. ¿Y si me quedara muda, dejaría de quererte? Y posiblemente digan que con abrazos. ¿Y si no tuviese brazos, dejaría de quererte? Concluimos en que el amor, la esencia de lo que sentimos está en el alma, aunque no podamos verla más allá de sus efectos en nosotros. Así son algunas cosas que Dios Padre crea y que por nuestras limitaciones aún no podemos comprender.

Lo más importante de todos es reconocerse como hijo cuando comenzamos el credo.Saber que es de mi Papá de quien se está hablando. Partiendo de ahí el resto es un proceso de aprendizaje que nuestro Padre se encargará de supervisar. Por eso es importante dedicar tiempo a nuestra familia en la catequesis del credo. Para que llegado el momento de su proclamación en la misa, podamos participar plenamente y no recitárlo como el que aprende al dedillo la estrofa de una canción o un verso.

Por: Sacramento Rosales  

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ZENIT Staff

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