Crisis de la familia y mentalidad uniformadora, aliados de la pedofilia

La denuncia del presidente de la Asociación Meter

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SIRACUSA, martes 24 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El lobby pedófilo aparece cada vez más en las grietas de las familias en crisis y encuentra terreno fértil en una “ mentalidad progresista” que considera normal la atracción por los niños.

Es la señal de alarma lanzada por Fortunato Di Noto, presidente de “Meter”, una asociación pionera en la lucha contra la pedofilia que trabaja en primera fila en la tutela de menores y tiene su sede nacional de Italia en Avola, en la provincia de Siracusa.

“Lo más peligroso es la existencia de un profundo substrato, muy consolidado en todo el mundo -explica el sacerdote en una entrevista a ZENIT-. La pedofilia no está ligada únicamente al corrupto de turno, sino que casi se ha convertido en un fenómeno cultural que está ganando cada vez más terreno”.

Lo que emerge, añade el sacerdote siciliano, es a menudo el rostro de “una sociedad que nos quiere hacer ver al niño no como tal, es decir como una persona que está desarrollando su personalidad, sino como un adulto, con deseos y exigencias sexuales que deben ser satisfechas”.

Di Noto habla de la existencia de una verdadera y propia “cúpula pedo-criminal”, con una facturación de más de 13 mil millones de euros, que usa redes sociales como Facebook para hacer propaganda de su propio “credo” y comercializar el material pedopornográfico.

Un “mercado implantado sobre la inocencia” que se ha extendido también a las publicaciones, a los juguetes y a los artículos de bisutería, afirma el sacerdote, obligado a veces a ser escoltado por los agentes de la policía por las reiteradas amenazas de muerte que ha recibido.

Y los datos le dan la razón: de enero a octubre de 2009, la asociación Meter ha hecho inscribir 1.410 denuncias de delitos -frente a las 340 del año pasado- en la Fiscalía del Distrito de Catania.

Esas inscripciones son fruto del trabajo desarrollado por el Compartimento “Sicilia Oriental” de Catania, con un total de alrededor de 10.000 recomendaciones de portales, sitios web y comunidades de redes sociales pedófilas y pornográficas.

Un drama que implica a unos 200.000 menores al año, víctimas de la pornografía y de la explotación sexual.

A esta plaga se ha añadido recientemente el nuevo filón de la infantofilia descubierto y denunciado por primera vez por Meter en 2002, que involucra a niños de edad muy temprana, desde los pocos días a los dos años.

Según el informe presentado por meter el 16 de septiembre pasado en el Consejo de derechos humanos de la ONU, son más de 750.000 los “depredadores” sexuales a la caza de niños conectados a internet de modo continuado.

“Meter -afirma Di Noto-, en los últimos siete años de actividad social y tutela de la infancia, ha señalado oficialmente a la Policía Postal Italiana y a las policías de diversos países del mundo 53.290 sitios pedopornográficos.

A raíz de esas denuncias, se han abierto investigaciones que han llevado a miles de sospechosos y arrestados, y en algunos casos también a la identificación de víctimas de nacionalidad italiana”.

La nueva frontera, sin embargo, parece haberse convertido en la de las películas pedoporgnográficas en las que los que actúan son menores, guiados por el “set” de los adultos que, de este modo, logran escapar a la justicia, dada la no imputabilidad, por la edad, de los niños que mantienen relaciones sexuales entre ellos.

Por esta razón, el pasado 22 de septiembre, en Roma, en el transcurso de una sesión en la Comisión Bicameral para la Infancia presidida por Alessandra Mussolini, Di Noto pidió la adopción de una propuesta de ley.

Esa propuesta -formulada por la asociación Meter y apoyada con entusiasmo por 160 diputados de diversos partidos- buscaría enfrentarse “a los que, sirviéndose de cualquier medio, incluido el telemático, legitiman públicamente, difunden opiniones para legitimar esos actos, instigan o hacen apología”.

El problema -explica el sacerdote- es que en el paquete de leyes que debe ser aprobado no se ha incluido la lucha contra la pedofilia “pseudocultural”.

En la raíz de la proliferación de esta plaga social, el sacerdote identifica “una profunda emergencia educativa y una crisis sustancial que afecta a la familia”.

“Y en el momento en que la familia está en crisis educativa, económica, de relaciones y con padres ausentes, esto hace aparecer un vacío que los pedófilos, hablemos claro, aunque nadie lo quiera, van a llenar”.

“Es cierto también que los medios de comunicación, como la televisión o internet mismo, salen a nuestro encuentro y a veces desencadenan mecanismo de inadaptación enormes”, dice.

“Por eso -observa- nosotros como Iglesia debemos quizás aproximarnos con mucha serenidad a este instrumento de comunicación que es internet, pero no sólo convirtiéndonos en testigos digitales”.

La obra de Di Noto se estudia en una Universidad de Pekín, en China, en un curso en lengua inglesa sobre pedofilia.

Huyendo del estilo pomposo, se defiende afirmando: “Soy sólo un hombre discreto y normal que hace de párroco y más que al paraíso, aspiro al sótano del cielo”.

Sin embargo, los inicios no fueron del todo alentadores. Di Noto recuerda, de hecho, que en los primeros años de los 90, cuando empezó a ocuparse de ello y pocos estaban familiarizados con internet, era visto en el seno de la jerarquía de la Iglesia como un “elemento perturbador” y un “provocador”.

“Pero era verdad -afirma-: perturbaba las conciencias durmientes porque era el grito de los niños que encontré destrozados”

Y añade: “Provocaba a la luz del Espíritu Santo, que me interpelaba a dar viva voz a la proximidad que la Iglesia debía tener, desde hace tiempo y que con frecuencia no la ha tenido, con las víctimas de los abusos sexuales”

“Es normal que la profecía siempre esté mal vista -replica-. Pero yo siempre he considerado internet como una tierra de misión”.

Hoy, la asociación Meter cuenta con una “familia” -como le gusta definirla- de más de 300 voluntarios, con nueve centros operativos en Sicilia, algunos de los cuales queridos expresamente por los obispos locales como parte de su plan de acción pastoral centrada en los niños.

También hay muchos voluntarios repartidos por Italia que participan incluso como líderes en las parroquias.

Meter ha formado una “red de comunión” con proyectos en Brasil, Rumanía y Paraguay, donde, por ejemplo, a los niños de la calle les proporcionan documentos y por tanto una identidad, y apoyo concreto a través de abogados, psicólogos, médicos, educadores y otros profesionales.

La asociación sobrevive gracias a las ayudas económicas privadas, incluso las de la “generosidad de muchos niños que renuncian a sus pagas”, y la Región Siciliana también contribuye con unos cientos de miles de euros.

Promotora de leyes contra le pedofilia on-line en Italia y en otros países, Meter ha proporcionado una contribución a la nueva formulación de una normativa en esta materia aprobada en Japón.

En lo que se refiere a la aproximación de la Iglesia al problema de la pedofilia, Di Noto destaca que “la Iglesia es madre y acoge a todos los pecadores (que quieran o deseen convertirse) y a los que sufren abusos”.

“El perdón también es para los pedófilos, pero deben realizar actos de seria y auténtica conversión”, añade.

“He conocido a tantas, muchas víctimas, niños destrozados, aniquilados -afirma-. He acogido también a sacerdotes que han pedido ayuda: yo siempre les pido que quien realice estos actos no permanezca viviendo plenamente el ministerio; Jesucristo no lo permitiría, estoy más que convencido”.

“La violencia, los abusos cometidos por un pastor son graves -explica-, son la manifestación elaborada y con
sciente del mal, y no de una ocasión porque nunca hay ocasión para violar la inocencia”.

Sin embargo, precisa, “no podemos actuar sólo ante la emergencia, sólo cuando ocurre un desastre; la misión de la Iglesia es anunciar el Amor de Dios a todos, y llevarles la obra de salvación y de esperanza”.

“Los obispos, pastores y padres de los niños a los que les han robado la dignidad y la inocencia deben asumir un compromiso: designar en todas las diócesis del mundo, empezando por las de Italia, el vicario episcopal de los niños; un signo del amor de Jesucristo a través del obispo y los pastores”.

Además, el sacerdote pide promover la presencia de todas las diócesis en el Portal Meter.

“Nosotros, los simpatizantes -concluye-, estamos al servicio de los niños, los predilectos del Señor, los hijos predilectos de la Iglesia. Siempre”.

[Para más información: www.associazionemeter.org

 

[Por Mirko Testa, traducción del original italiano por Patricia Navas]

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ZENIT Staff

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