Cristianos de los primeros siglos

Por monseñor Jaume Pujol Balcells, arzobispo de Tarragona

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TARRAGONA, sábado, 14 junio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la cara que ha escrito monseñor Jaume Pujol Balcells, arzobispo de Tarragona, con el título «Cristianos de los primeros siglos».

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Al final de su Carta a los Romanos, San Pablo les anuncia que piensa viajar a España con estas palabras: «Me he impuesto el honor de predicar el Evangelio donde Cristo no había sido nombrado, para no edificar sobre fundamentos ajenos (…), deseando ir hacia vosotros desde hace bastantes años, espero veros al pasar, cuando vaya a España y ser allá encaminado por vosotros».

Por su importancia como capital de provincia del imperio romano, Tàrraco era la principal puerta de atraque de los barcos procedentes de Roma, de modo que en caso de hacer el viaje, es muy probable que lo hubiera iniciado aquí. ¿Encontraremos algún día pruebas concluyentes de lo que es ya una presunción tan aceptable?

Esta será una de las cuestiones apasionantes que se tratarán, por personalidades científicas de nivel internacional, durante el Congreso sobre «Pablo, Fructuoso i el cristianismo primitivo en Tarragona. (Siglos I-VIII)» que se desarrollará en Tarragona los días 19, 20 y 21 de junio, casi en el ecuador del Año Jubilar de San Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio. Espero con verdadero entusiasmo esta cita que pondrá en relación a Pablo y Fructuoso, es decir al gran apóstol con el obispo de Tárraco en el marco de una ciudad y una comunidad cristiana de la que tenemos constancia que en el siglo IV era de las más numerosas de la Península.

Providencialmente cuando se celebre el Congreso sólo faltará una semana para que dé comienzo el Año Paulino (28 de junio de 2008 a 29 de junio de 2009) declarado por el papa Benedicto XVI para honrar la memoria del apóstol de los gentiles.

Esta coincidencia entre el Año Jubilar en nuestra Archidiócesis y el Año Paulino, con ámbito en la iglesia universal, no sólo puede aportar datos sobre la expansión del cristianismo primitivo, sino también acerca de la relación entre las iglesias particulares y la Iglesia fundada por Cristo basada en una unidad de comunión.

Ya desde ahora quiero agradecer el trabajo preparatorio de este Congreso llevado a cabo por el Institut Superior de Ciències Religioses Sant Fructuós con la colaboración de la Facultat de Teología de Catalunya y la Universitat Rovira i Virgili. Y extender una invitación a los ciudadanos a la presencia en los actos públicos organizados en estas fechas, con la seguridad de que serán una aportación cultural de gran interés y ocasión de profundizar en la vida espiritual, heredera del testimonio de aquellos apóstoles y mártires.

El cristianismo de los primeros siglos, precisamente por su cercanía a Jesús y a sus discípulos, siempre será una referencia para quienes tratamos de ser fieles a la doctrina de Cristo.

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ZENIT Staff

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