«Cristianos por Europa» a favor de referendos nacionales sobre la Constitución europea

Declaraciones de su presidente, Josep Miró i Ardèvol

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BARCELONA, martes, 22 junio 2004 (ZENIT.org).- El presidente de la Convención de Cristianos por Europa considera que en los países en los que sea posible el Tratado constitucional de la Unión Europea (UE) debería ser sometido a referéndum.

Si bien este texto no reconoce en su «Preámbulo» las raíces cristianas, Josep Miró i Ardèvol considera que en estas consultas populares los católicos deberían darle su aprobación, pues contiene importantes progresos.

Deberían proclamarse referendos, afirma Miró i Ardèvol en declaraciones a Zenit, «excepto en aquellos países que son pocos, en los que su constitución lo prohíbe de manera expresa. Después de las pasadas elecciones europeas [caracterizadas por una elevada abstención, ndr.], el tratado constitucional será un texto semienterrado, si la gente no lo hace suyo».

«A reserva de escuchar con mas atención la opinión del Vaticano», el presidente de la Convención opina «a titulo personal que en esos referendos hemos de votar «sí»».

Para ello, aduce dos razones fundamentales. En primer lugar, considera que «la Constitución incorpora aspectos positivos como el reconocimiento de las iglesias y la no interferencia de la Unión en los acuerdos que existen o se produzcan entre la Iglesia y los diferentes Estados».

En segundo lugar, considera que es necesario respaldar a este Tratado constitucional «para evitar un mal mayor. El retroceso de la unidad europea no ha de ser promovido por los cristianos».

«Por una parte –considera Josep Miró i Ardèvol–, es una batalla que se ha perdido, pero por otra se ha ganado, lo que pasa es que de lo alcanzado ya nadie se acuerda».

«No debemos ser masoquistas, sino realistas –recomienda–. Nuestra debilidad es política y es eso lo que hay que corregir. No creo que lo logremos por el camino de cerrar el paso a la Constitución».

Por este motivo, considera que el esfuerzo «debe dirigirse a corregir esa espantosa debilidad que tenemos los cristianos a la hora de hacernos presentes en los organismos que dependen de la UE y promover un intergrupo de diputados cristianos numeroso. Esas sí son tareas con futuro».

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ZENIT Staff

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