Cristianos por Europa: La abstención en Europa, señal preocupante

Síntoma de una institución burocrática y poco trasparente

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MILÁN, jueves, 17 junio 2004 (ZENIT.org).- Los elevados índices de abstención en Europa, particularmente entre los ex comunistas que por primera vez han participado en las elecciones al Parlamento Europeo este fin de semana pasado, es un fenómeno preocupante, según el presidente italiano de la Convención de Cristianos por Europa.

Según Giorgio Salina, este dato, al igual que el avance de partidos escépticos ante Europa constituye «sin duda un juicio muy severo de los pueblos europeos sobre la Unión».

La participación en la histórica votación –la primera desde que la Unión Europea (UE) incorporó en mayo a diez nuevos Estados miembros– fue de un 45,5%, la más baja registrada.

Entre los antiguos 15 miembros, la participación fue del 49%, apenas por debajo del 49,8% de 1999. Pero en los antiguos países comunistas, recién incorporados, fue de sólo el 26,4%.

Salina explica en declaraciones a Zenit que los motivos de este resultado: «se ha votado por un Parlamento que tiene una soberanía limitada; hay un gobierno –la Comisión europea– que no gobierna, y que no es directamente elegido; la política exterior de Europa ha brillado por su ausencia en las recientes crisis internacionales, en especial en la de Irak».

«La burocracia de Bruselas es percibida cada vez más como una intromisión, que se pierde en aspectos marginales», sigue constatando.

Por lo que se refiere al borrador de Constitución europea, Salina reconoce que «parece haber dividido a los europeos en vez de unirlos».

Si bien reconoce que los aspectos organizativos de la Constitución son importantes –por ejemplo, el número de comisarios por países, o el método para alcanzar una mayoría en el gobierno–, sin embargo, «los agudiza con compromisos de bajo nivel», pues «no contribuye a dar un alma, una identidad a nuestro continente».

Los jefes de gobierno de la Unión Europea inauguraron este jueves una cumbre de dos días que busca zanjar diferencias sobre la Constitución, seis meses después de fracasar en su primer intento.

Los 25 líderes europeos también elegirán un nuevo presidente de la Comisión Europea.

Salina denuncia que en los últimos meses las negociaciones sobre el texto se han realizado de manera secreta, «mientras oficialmente se invoca en voz alta «trasparencia»», «poniendo a los ciudadanos ante un hecho».

Salina pide a los gobernantes europeos «dignidad y responsabilidad», como la tuvieron los padres fundadores –Konrad Adenauer, Alcide De Gasperi, Jean Monnet y Robert Schuman– «para construir la Europa de los pueblos, y no la de las cancillerías, de los banqueros, de los mercantes, valorizando las raíces, las tradiciones, y la historia».

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ZENIT Staff

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