MANILA, 29 junio 2003 (ZENIT.org).- Las consecuencias en las doce naciones del sudeste asiático del ataque del 11 de septiembre de 2001 contra EE. UU. y cómo allanar el camino a la «hoja de ruta» trazada para Oriente Medio serán los temas que ocuparán la XXI asamblea general de la «Conferencia obispos-ulemas» del 18 al 20 de agosto.
Convocados bajo el título «Buscando la paz y el desarrollo a través de un auténtico diálogo entre cristianos y musulmanes en Asia», 30 ulemas, 30 obispos católicos y otros 30 obispos protestantes acudirán a la cita en Olongapo, al norte de la capital filipina, Manila.
Nacida en 1996 por iniciativa de monseñor Fernando Cavalla, arzobispo de Davao, y de Mahid Mutilan, presidente de la Liga de los Ulema de Filipinas, la «Conferencia obispos-ulemas» tiene como fin «explorar los fundamentos espirituales de la paz a partir de las tradiciones religiosas de musulmanes y cristianos».
Se prevé la participación en la asamblea de dos enviados del Vaticano: el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y el arzobispo Michael Fitzgerald, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, confirma la agencia misionera Misna.
Asimismo ha sido invitado el director de la Universidad de Al-azhar de El Cairo y Tariq Mitri, del Consejo Mundial de las Iglesias de Ginebra, quien intervendrá sobre el proceso de paz entre Israel y Palestina.
Como oradores participarán igualmente Mohamed Ahmed Aj-Sharief –secretario general de la «World Islamic Call Society»– sobre «el Islam como religión de paz» y el provincial de los jesuitas, el padre Romeo Intengan, quien hablará sobre los «Conflictos religiosos en el mundo y en particular en Asia».
La inauguración de los trabajos, la tarde del 17 de agosto, se ha encomendado a la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo.
