Crítica: Bestias del sur salvaje

Vivir entre la vulnerabilidad y lo indigno

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No se sabe si Hushpuppy, protagonizada por la precoz actriz estadounidense Quvenzhane Wallis ganará mañana el premio Oscar, pero sí que se habrá ganado ya el corazón de los asistentes al impecable filme Bestias del sur salvaje (2012), del director Benh Zeitlin (Manhattan 1982). ¿Es que acaso se puede ser indiferente ante la vida que le ha tocado vivir a la pequeña?

La protagonista, una niña de seis años con nombre de mascota, no solo está rodeada de carencias y riesgos, sino invadida por el ejemplo de adultos contestatarios que la constriñen a vivir –o sobrevivir—, como ellos, en una vulnerable zona pantanosa formada por los meandros del Missisipi, al sur de los Estados Unidos.

Quienes conocen el “Libro de la Selva” del inglés Rudyard Kipling, encontrarán cierta similitud –aunque con menos valores. Allí está Hushpuppy, sin su madre, y ‘criada’ por un padre alcóholico y enfermo que le ha construido también con escombros, un precario espacio tipo cueva.

Brotan así otras semejanzas. Llaman la atención los gritos que ha aprendido a hacer la niña para llenarse de coraje frente a situaciones que la desafían; o el tener que comer con las manos muerta de hambre, en el país más poderoso del mundo. Otros hechos dan pistas de su destino, cuando su padre le enseña a pescar desde la barca con las manos, o al empezar a beber alcohol en los peores momentos.

Sin embargo, la vulnerabilidad en que viven varias de las familias expuestas a uno de los fenómenos naturales más destructores como son los huracanes, obligan a las autoridades estatales a forzar su evacuación a una estructura sanitaria protegida. Pero el hecho de socorro dura el tiempo que la abstinencia al alcohol y la tolerancia a la limpieza les permite.

Se dice que esta película ha afectado emocionalmente al mismo presidente estadounidense, quien se la ha recomendado a los ciudadanos, aunque no se sabe bien con qué intención. Quizás para que observen un rostro de la pobreza que desconocen, o para que algunos se llenen de coraje ante los tiempos por venir.

O es probable que quiera que los niños y adolescentes de su país se calmen un poco frente a un consumismo desenfrenado y de proporciones patológicas, que solo trae angustias en ellos y en sus padres, frustraciones, obesidad y un escape de la realidad. Esto sucede mientras otros como Hushpuppy juegan con tierra, comen lo que hay, tienen frío y miedo. O no tienen nada…

El sitio original del filme (en inglés): www.beastsofthesouthernwild.com

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José Antonio Varela Vidal

Lima, 1967. Periodista colegiado con ejercicio de la profesión desde 1989. Titulado en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza, de Lima. Estudios complementarios en filosofía, teología, periodismo religioso, new media y en comunicación pastoral e intercultural-misionera; así como en pastoral urbana, doctrina social de la Iglesia y comunicación institucional y estratégica, desarrollados indistintamente en Lima, Quito, Bogotá, Roma, Miami, y Washington DC. Ex jefe de oficinas de comunicación institucional en el sector público y eclesial. Asimismo, fue gerente de televisión de un canal y director de dos revistas impresas. Es articulista en publicaciones católicas de su país y del extranjero, entre ellas zenit. Actualmente colabora con los padres palotinos, presentes en el Perú desde el 2014.

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