ROMA, 6 junio (ZENIT.org-FIDES).- Los católicos esperan que el encuentro del 12 al 14 de junio que tendrá lugar en Pyongyang entre los presidentes Kim Jong-il (Corea del Norte) y Kim Dae-jung (Corea del Sur) marque un cambio en las relaciones entre ambos países y la apertura al mundo de Corea del Norte.
Polycarp Choe, secretario nacional de Caritas-Corea, en declaraciones a la agencia de la Santa Sede «Fides», afirmó: «La cumbre se tiene en un momento importantísimo para ambos países: será un acontecimiento significativo para ambos líderes y esperamos obtenga un resultado positivo. El gobierno del sur redoblará la ayuda y la cooperación económica al del norte. Esperamos que, después de la cumbre, sean posibles los contactos y las visitas entre el norte y el sur y que se le conceda a la Caritas del sur trabajar directamente. En estos momentos, a causa del veto político, no podemos viajar al norte. Compartimos recursos y colaboramos con Caritas-Hong Kong, que dirige las intervenciones y los proyectos».
También Käthi Zellweger, responsable de la cooperación de Caritas-Hong Kong, espera que la cumbre permita el que las familias separadas del norte y del sur puedan volver a unirse y favorezca los contactos, hoy sólo oficiales, entre los habitantes del sur y del norte. Esto sería útil para solucionar la emergencia humanitaria que tiene lugar en el norte del 38º paralelo.
Uno de los problemas surgidos con la «cortina de bambú» –explica la Zellweger– consiste en comprender qué piensa la gente común del norte: «Actualmente, la prioridad de las familias es nutrir a sus hijos, mientras la política pasa a segundo plano».
