Cuando los animales son mejor tratados que los seres humanos

Niños mueren de enfermedades curables; mientras surgen revistas para perros

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LONDRES, 7 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Los relatos sobre la pobreza en los países del Tercer Mundo son bastante comunes, pero adquieren una nueva dimensión al contrastarse con las enormes sumas gastadas en el cuidado de los animales.

El 20 de noviembre, un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y el Banco Mundial hizo un dramático llamamiento para buscar más fondos que aseguren la vacunación de niños pobres.

Un comunicado de prensa sobre el informe «El Estado de la Vacunación e Inmunización en el Mundo» advertía que, «si no se toman medidas urgentes y estratégicas para tapar los agujeros de financiación, investigación y cobertura de inmunización global, podrían reintroducirse antiguas enfermedades y podría darse la emergencia de nuevas infecciones».

En el África sub-sahariana, por ejemplo, sólo la mitad de los niños tienen acceso a la inmunización básica contra enfermedades comunes tales como la tuberculosis, el sarampión, el tétanos y la tos ferina. «En muchas regiones del mundo», explicaba Gro Harlem Brundtland, director general de la Organización Mundial de la Salud, «es más la regla que la excepción el que los niños mueran por enfermedades infantiles tan comunes como el sarampión, que causa cerca de 700.000 muertes cada año».

La ayuda exterior a los países en vías de desarrollo para inmunización alcanza ahora cerca de los 1.560 millones de dólares al año. Con 250 millones de dólares adicionales al año, al menos 10 millones de niños más podrían disponer de las vacunas básicas. Y 100 millones de dólares al año adicionales podrían cubrir el coste de vacunas más modernas, incluyendo las de la hepatitis B, o la fiebre hemofílica B. El informe estima que cada año estas dos enfermedades causan casi un millón de muertes entre los niños.

El mismo día que se publicaba el comunicado de prensa, Associated Press informaba de cómo las mascotas de Palm Beach (Florida) están a punto de tener su propia revista de sociedad. La nueva publicación está pensada «para recoger los eventos caninos más importantes de la temporada, los últimos diseños en camas para perros y las idas y venidas, en general, que hacen de los purasangre con pedigrí el tema de charla de los encuentros semanales».

El «Palm Beach Pet Society» es editado por Joanne Cutner, quien, según el reportaje, quiere asegurarse de que los animales son tratados tan bien como sus propietarios. Las mascotas de Palm Beach acuden a fiestas de cumpleaños de más de 1.000 dólares y se adornan con collares de diseño de 75 dólares, jerséis de 100 dólares e incluso con preciados diamantes y perlas.

Y luego está el seguro sanitario. En Canadá, el periódico National Post informaba el 1 de agosto que los propietarios de mascotas pueden ahora firmar pólizas de unos 15 dólares al mes. Las pólizas pagan hasta 3.100 dólares, en caso de que un animal sea atropellado por un coche, revelaba.

El periódico citaba una estimación de mayo del 2001 por Euromonitor, según la cual, menos del 1% de los 8,6 millones de perros y gatos de Canadá están asegurados. Esto está muy por detrás de los países europeos. En el Reino Unido, por ejemplo, el 13,2% de los 14,4 millones de perros y gatos están asegurados.

Randy Valpy, vicepresidente y director general de Winnipeg, un plan de seguros para mascotas con sede en Manitoba, espera que el número de mascotas aseguradas en Canadá crezca hasta un 11% en 25 años. El Pet Plan estima que el mercado de seguros sanitarios de mascotas canadienses es capaz de generar más de 222 millones de dólares al año en ingresos brutos.

Matar al no nacido, salvar a las focas
Por su parte, el 20 de noviembre, un periódico de Rhode Island, The Narrangasett Times, informaba de un moralista biomédico que pedía el aborto selectivo para los fetos de los que se sabe que nacerán con problemas.

Dan W. Brock, hablando en la Décima Conferencia-Coloquio de la Universidad de Rhode Island, defendía que la sociedad estaría mejor si previniera el nacimiento de niños ciegos o con problemas graves.

«Se considera una desgracia nacer ciego o con serias discapacidades cognoscitivas», decía. «Pero si es una cosa mala para una persona nacida, entonces ¿por qué no prevenir estas condiciones en alguien que va a nacer?».

En su conferencia titulada, «Genetic Testing and Selection: A Response to the Disability Movement´s Critique», Brock decía que respalda el «estatus moral igual y pleno» de las personas discapacitadas. Sin embargo, añadía, «deberíamos distinguir entre la prevención para las personas que pueden convertirse en discapacitadas y la prevención de la existencia de personas discapacitadas». Brok trabaja para el Departamento de Bioética Clínica en el Instituto Nacional de Salud en Bethesda, Maryland.

Justificó el aborto de estos niños diciendo que daría como resultado «menos sufrimiento y menos pérdida de oportunidades en el mundo».

No ocurre lo mismo con los animales, dicen algunos. El periódico The Independent de Londres informaba el 22 de octubre sobre los activistas de los derechos de los animales que protestaban contra el plan de matar a un grupo de focas enfermas.

Originalmente, la Sociedad Escocesa para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, esperando lograr que no se extendiera el virus de la enfermedad de Phocine, había convocado a seis tiradores para que mataran a las focas enfermas. La idea era matar a los animales antes de que pudieran infectar a otras focas. Escocia es el hogar de cerca del 80% de la población de 150.000 focas del Reino Unido, por lo que si se extendiera la infección podría causar estragos.

Pero Les Ward, del grupo Advocates for Animal, quiere crear un terreno especial y protegido para las focas infectadas, mientras se recuperan de la enfermedad. Ross Flett del Orkney Seal Rescue Center también se ha opuesto a que se maten los animales enfermos.

Pollos estresados
La preferencia por los animales también aparece en el cine. El diario británico Guardian revelaba el 23 de octubre que los censores del país han aprobado, sin cortes, la escena de violación que se presenta en la película de Gaspar Noe «Irreversible». La película se proyectará la próxima primavera. El autor del artículo, que defiende la emisión de la escena, observa que el film «ha sido descrito como un ejemplo misógino, sensacionalista repulsivo, gratuito y grotesco de machismo».

En una nota de prensa del 21 de octubre, el British Board of Film Classification justificaba su permiso de la escena de violación diciendo que «no contiene imágenes sexuales explícitas y no está buscando excitar».

Cuando la película se proyectó en el Festival de Cine de Cannes este año, causó tanto impacto que 250 personas abandonaron la sala, informó la BBC el 26 de mayo. Además, los bomberos tuvieron que administrar oxígeno a 20 personas que se desmayaron durante la película. Algunos críticos que abandonaron la proyección de «Irreversible» la describieron como «enferma» y «gratuita», observaba la BBC.

Sin embargo, mientras consideraba una escena gráfica de violación apta para los distribuidores cinematográficos, el mismo British Board of Film Classification experimentaba grandes inquietudes ante el bienestar de los animales.

El Telegraph informaba el 14 de noviembre que el organismo de control de películas y los legisladores tuvieron un caldeado debate sobre una escena de la película de John Malkovich «The Dancer Upstairs», que fue proyectada en el London Film Festival.

La película se basa en una novela que describe cómo la guerrilla de Sendero Luminoso en Perú desestabilizaron el país durante los años ochenta y noventa. La guerrilla maoísta atacaba con frecuencia adhiriendo explosivos a los animales, para después hacerlos explotar en áreas pobladas.

El org
anismo estaba particularmente preocupado con dos escenas de la película, que muestran a un pollo y a un perro con falsos cartuchos de dinamita atados a sus cuerpos. Se mostraba a los animales andando entre la multitud, pero la película cambiaba de escena antes del comienzo de la explosión. El organismo de control afirmaba que los animales estaban «claramente estresados», y que no concederían un certificado a menos que ambas escenas se cortaran.

El Telegraph observaba que era curioso que el organismo de control no presentara queja alguna sobre otras escenas del filme que presentan de igual forma a niños con explosivos adheridos. Malkovich se preguntaba si los censores han consultado a un psiquiatra de pollos antes de decir que un pájaro está estresado. Tras un largo debate, el organismo aprobó la película, sin cortar las escenas con animales.

La sociedad «debe inspirarse en una justa jerarquía de valores», observa el Catecismo de la Iglesia Católica, número 1895. Parece que hay quien tiene urgente necesidad de un curso de perfeccionamiento en este tema.

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ZENIT Staff

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