Cuatro trabajadores de Caritas Pakistán gravemente heridos en un atentado

El cardenal Maradiaga presidente de Caritas expresó su «profunda tristeza»

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ROMA, martes, 11 marzo 2007 (ZENIT.org).- Cuatro trabajadores de Caritas Pakistán resultaron gravemente heridos a consecuencia de la explosión de dos bombas registrada esta mañana en la ciudad de Lahore y que ha provocado la muerte de al menos una veintena de personas, informa Caritas.

Una de las explosiones alcanzó de lleno un cuartel de la Policía Federal, situada justo enfrente de un complejo católico en el que se encuentran las dependencias de Caritas Lahore, las oficinas del Obispado, un convento y un colegio.

Además de las graves heridas sufridas por los cuatro trabajadores de Caritas, que fueron traslados inmediatamente al hospital, la explosión provocó también la muerte de una de las alumnas del colegio y un empleado del complejo.

Anila Gull, directora de Caritas Pakistán, ha expresado su «condena por este acto de terrorismo, que ha provocado la muerte indiscriminada de tantas personas y herido a muchas otras».

«No existe justificación alguna para este crimen», añade, al tiempo que reafirma «la determinación de Caritas Pakistán a trabajar por todos los medios a su alcance en la construcción de la paz».

Nada más tener noticia del atentado, el presidente de Caritas Internacional, el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, ha enviado un mensaje de solidaridad a la Caritas y la Iglesia en Pakistán, en el que expresa su «profunda tristeza al comprobar cómo el derramamiento de sangre intenta desestabilizar» ese país asiático.

«El hecho de que los trabajadores de Caritas, activamente comprometidos en la construcción de la paz, hayan sido víctimas de los atentados añade más dolor a la tragedia», asegura en su mensaje el cardenal Maradiaga, que expresa también «la necesidad en estos momentos de que ese país cuente con un liderazgo fuerte que le permita alcanzar la paz a través del diálogo».

«Ataques violentos como estos –añade el presidente de Caritas Internacional– no contribuyen nunca a la búsqueda de soluciones pacíficas».

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ZENIT Staff

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