Cuba: A la Iglesia no le consta el cese de la excarcelación de presos

España dio por concluido el proceso de “liberación” iniciado en 2010

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MADRID, lunes 18 de abril de 2011 (ZENIT.org).- Con la llegada de 37 excarcelados cubanos, el Ministerio de Asuntos Exteriores español dio por concluido, en una nota de 8 de abril, el proceso de “liberación” de presos de conciencia en Cuba, iniciado el 13 de julio de 2010. Sin embargo, el arzobispado de La Habana, en nota publicada el 12 de abril, precisa que no ha recibido notificación del gobierno cubano relativa al cese de dicho proceso, y la nota sigue publicada hoy sin cambios [ver www.arquidiocesisdelahabana.org]

La palabra “liberación” es discutida por la mayoría de los desterrados a España. Ya que, en realidad, se trata tan sólo de una excarcelación y condicionada a su salida del país. Algunos presos lograron, sin embargo, salir de la cárcel sin exiliarse. Algunos de ellos tendrían previsto viajar a Estados Unidos.

La nota del arzobispado de La Habana dice así: “A través de los medios de prensa internacionales hemos conocido del comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, en el cual se anuncia la conclusión del proceso de liberación de prisioneros iniciado el pasado año 2010. Al respecto comunicamos que la Iglesia Católica en Cuba no ha recibido, por parte del Gobierno cubano, ninguna notificación referida al cese de dicho proceso”.

Lo llamativo es que la escueta nota de la Iglesia católica en Cuba afirma haber conocido la decisión del departamento, cuya titular es Trinidad Jiménez, por “los medios de prensa internacionales” y no por otros canales del diálogo tripartito iniciado por la Iglesia y los gobiernos cubano y español.

Un diálogo que podría continuar ahora con los gobiernos de otros países, dispuestos a acoger a excarcelados cubanos.

En su nota, el Ministerio español califica a los llegados de “presos de conciencia”. En la última expedición, llegada en un avión fletado por el gobierno español, llegaron 37 excarcelados cubanos junto a más de doscientos familiares.

Estos excarcelados están recibiendo, como los anteriores cubanos acogidos, una asistencia que incluye: ayudas económicas de manutención, alojamiento, asesoramiento legal, asistencia psicológica, escolarización de los menores, facilitar la homologación de títulos escolares y universitarios, asistencia para la integración laboral, y atención sanitaria.

En total, han llegado a España 115 presos políticos, acompañados por 647 familiares. Este número incluye a los 52 presos de conciencia del llamado Grupo de los 75, detenidos en marzo de 2003. 40 excarcelados de los 52 han sido acogidos en España, mientras que los 12 restantes han sido puestos en libertad paulatinamente en territorio cubano. La salida de la cárcel en Cuba de los dos últimos miembros del grupo de los 75 fue anunciada, como las demás, por la Iglesia católica, el 22 de marzo pasado.

El Ministerio precisa en su nota que hay un plazo de seis meses, desde la presentación de la solicitud, para decidir acerca del estatuto que se les aplica. “En cualquier caso –añade–, en tanto en cuanto esa decisión se produce, no existe ninguna situación de desprotección de los liberados y de sus familiares, que en todo momento han gozado tanto de los beneficios generales de asistencia humanitaria” y subraya “la complejidad de este operativo”.

Sin embargo, entre los presos excarcelados desterrados en España hay diferencias notables. Junto a los efectivamente “presos de conciencia” o presos políticos, encarcelados por ejercer la libertad de expresión o cualquier otro motivo que no es delito en cualquier democracia, otros de los expresos cubanos llegados a España lo fueron por hechos que podrían ser calificados de delito en cualquier país, como robos o secuestro con armas de medios de transporte para salir de la isla.

Es posible que la decisión de cerrar el proceso por parte española se pueda deber al temor de que el gobierno cubano repita una “limpieza” de personas “no gratas”, aprovechando la oportunidad, tal como hizo con la famosa expedición a Estados Unidos en 1980, desde el puerto cubano de Mariel de decenas de miles de cubanos que querían salir de la isla.

Los conocidos como “marielitos”. A mediados de los 80, de estos exiliados desde el puerto de Mariel, siete mil acabaron en las cárceles de Estados Unidos por diversos delitos comunes. Hay quien habla ya de que esta es una “operación Mariel” en pequeño, en la que se mezclan encarcelados de conciencia con presos comunes.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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