Cuba: Damnificados de Sandy apelan a la solidaridad del Adviento

Los párrocos de la zona coordinan con Caritas una segunda etapa de apoyo

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Por Araceli Cantero

MIAMI, viernes 7 diciembre 2012 (ZENIT.org).- El inicio del Adviento y la cercanía de la Navidad ofrecen también a los cristianos y gente de buena voluntad, la oportunidad de canalizar su solidaridad hacia necesidades concretas. Una de ellas es la que presenta la diócesis cubana de Holguín, afectada por el paso del Huracán Sandy el pasado 25 de octubre.

La Diócesis ha iniciado una segunda etapa de apoyo a las personas en las zonas más afectadas y apela a la solidaridad de la comunidad internacional, diócesis hermanas y personas amigas que estén en disposición de brindar una ayuda específica a los damnificados y deseen orientar hacia un fin determinado el aporte económico que ofrezcan.

Un donativo de $5 USD puede conseguir una frazada para el alivio del frío. Con el aporte de $5 USD se puede alimentar a cinco personas en un comedor diocesano. Con 1.600 pesos cubanos ($67 USD) se puede encargar un colchón camero artesanal, confeccionado por un “cuentapropista”.

Estos son algunos de los ejemplos mencionados durante una reunión de los párrocos de estas zonas, el director de Caritas diocesana y el obispo monseñor Emilio Aranguren, al proyectar la etapa de lo que llaman reanimación, que durará hasta el 30 de junio de 2013, “con vistas a continuar apoyando a las personas y familias que lo necesiten”.

Al cumplirse un mes del paso del huracán, el director de Caritas Diocesana, Manuel Martínez Hernández ha escrito un informe en el que indica que no basta el esfuerzo del obispo, de Caritas diocesana y las congregaciones religiosas presentes en la Diócesis, por lo que se hace necesario presentar las necesidades y solicitar ayudas a “Organismos Internacionales, Diócesis Hermanas, católicos o personas nacidas en estas ciudades y pueblos que estén en disposición de apoyar esta acción”.

Martínez Hernández explica que se ha creado “un equipo ad hoc que dé seguimiento a la situación específica de las familias que fueron más afectadas en su vivienda, cosechas, crías, y enseres domésticos y que mantenga viva las necesidades que afrontan”. A su vez este equipo orientará las acciones que se realicen en beneficio de los que integran las familias.

Este equipo estará coordinado por el Programa de Emergencia de Cáritas Diocesana y ha sido constituido por un representante de cada una de las comunidades afectadas, muchas de las cuales también recibieron el impacto del paso de huracán Ike en 2008.

La diócesis ha elaborado una estrategia de recuperación a distintos niveles:

•Un gesto amplio con ayudas puntuales que aunque no resuelven, sí alivian: frazadas para ampararse del frío, kits de higiene y ropa de vestir y de cama.

•Una acción intermedia en la que los beneficiados son en un número más reducido y que tiene dos vertientes:

a) Ofrecer ayuda monetaria para ayudar a cubrir finalidades concretas que, son evaluables y monitoreadas, como mejorar la vivienda con compra de materiales, o mano de obra, o como revitalizar las cosechas o pie de crías en el ámbito rural o para favorecer la higiene con la construcción de un pozo o el mejoramiento de la fosa maura.

b) Mantener transitoriamente un comedor que permita que un grupo de entre 20 y 30 personas puedan recibir el desayuno o el almuerzo, ya que en el lugar donde viven carecen de recursos para cocinar.

•Un proyecto orientado a destinatarios seleccionados para cubrir una necesidad básica. A modo de ejemplo citaron: la compra de un colchón que debido a la lluvia, quedó inservible y no se consigue en moneda nacional; la compra de un equipo electrodoméstico que afecta principalmente a familias con un anciano, enfermo o niño; la construcción de casa o módulo, que es lo más costoso, pero imprescindible para muchas familias.

Además emerge la necesidad de prepararse para eventos futuros con la compra de seis pequeñas plantas eléctricas para que las mismas permanezcan en las cabeceras de las seis zonas de la diócesis y que en situación de emergencia sirvan para la carga de la batería de los teléfonos celulares, de pequeñas lámparas recargables.

Ya se ha establecido un protocolo monitoreado para atender las solicitudes de ayuda, que puede servir de guía para quienes ofrezcan ayudas y deseen orientar hacia un fin determinado el aporte económico que aporten.

Para más información y aportes escribir a: gestoSandy@obiholguin.co.cu

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ZENIT Staff

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