Cumbre Iberoamericana de la Familia

La familia, clave para un mundo mejor

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GUADALAJARA, miércoles, 15 octubre 2008 (ZENIT.org-El Observador).-   Con el fin de analizar la situación actual de las familias en Iberoamérica, así como reflexionar y asumir compromisos que trasciendan para el fortalecimiento del núcleo familiar, se realizó la primera Cumbre Iberoamericana de la Familia (CIF) en Guadalajara, Jalisco, el 10 y 11 de octubre.

Más de 800 personas, provenientes de 13 países de América Latina y España, se reunieron en el Instituto Cultural Cabañas bajo el lema «El futuro está en la familia», convocadas  por organismos nacionales e internacionales, entre ellos la Unión Nacional de Padres de Familia, la Organización Internacional de la Educación Católica, la Confederación Nacional de Escuelas Particulares, la asociación Familias Mundi, la Confederación Internacional Instituto de Política Familiar y la Confederación Interamericana de Educación Católica.

Al inaugurar la CIF, el secretario de Gobierno de Jalisco, Fernando Guzmán Pérez Peláez señaló que en medio del clima de violencia y descomposición social que vive México y casi todos los países del mundo, «la familia es siempre el baluarte de la educación, del aprendizaje, de la cultura del trabajo, del esfuerzo, de la fe en el futuro, de la ayuda humana generosa y dispuesta, es una escuela de vida y es una escuela de amor»; por eso señaló que «como núcleo originario de la sociedad, la familia tiene derecho a todo el apoyo del estado».

Al analizar la situación de las familias en el siglo XXI, Salvador Abascal Carranza señaló: «Hoy en día la peor amenaza en contra de la familia es la frialdad y la irresponsabilidad», y comentó que «no hay crisis de valores, los valores están ahí, lo que hay es una crisis personal al no querer verlos», por eso «el amor incondicional es el valor más colosal que una familia puede tener», sentenció.

Durante las ponencias, dictadas por expertos en varias disciplinas, provenientes de América Latina y España, también se denunciaron una serie de ideología y acciones nacidas de éstas, que vienen en menoscabo de la familia, como la cuestión de la equidad de género exclusivamente feminista que, aunque ha traído cosas positivas para la reivindicación de la mujer ha venido aparejada con «la lucha contra el hombre, acomplejamiento de la familia y matrimonio; así como las estrategias de control demográfico en los países subdesarrollados que incluyen las prácticas de aborto, control de natalidad, entre otros.

Además se insistió sobre la necesidad de que la  sociedad en su conjunto entienda la importancia que tiene la familia como «centro y corazón de la civilización del amor, primera y fundamental escuela en el aprendizaje de la vida», y se enfatizó que «sin el ejemplo de los padres no es posible generar en los hijos la cultura de la familia». Por eso, se habló, «si buscamos libertad, que sea una libertad con responsabilidad en donde existan parejas dispuestas a formar familias basadas en el amor el respeto y reglas claras, por que no podemos ser reconocidos como la generación que no quiere la vida y apoya el genocidio».

Durante la Cumbre también se señalaron aspectos positivos como los datos que arrojó la Encuesta Dinámica Familiar en México, donde resalta que los mexicanos consideramos a la familia como el primer valor; así las cosas, nueve de cada diez mexicanos tiene como prioridad a su familia. Sin embargo se señaló que todavía falta mucho para que este valor ideal pase a ser una total realidad en la vida cotidiana.

Un tema central en la CIF fue el de Familia y Religión, donde se reflexionó sobre el papel que juega la religión en el desarrollo espiritual de las familias y como medio de unión, sentencia en la que coincidieron los representantes del catolicismo, judaísmo e Islam.  En este tenor, el sacerdote católico Walter Guillén aseguró que «la familia es la cuna de la vida y Dios es padre de una gran familia, a la que pertenecen». Agregó que las familias tienen la responsabilidad de ordenar los bienes temporales a Dios, buscar el bien común de todos los miembros de la familia y luego de la sociedad. Este bien basado en un principio de reciprocidad, complementariedad y solidaridad que lleven a cada individuo a la felicidad y plenitud».  

Los resultados de los trabajos realizados en la CIF fueron entregados al cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien a su vez propuso presentarlos ante el Papa Benedicto XIV. Se anunció que Jalisco volverá a ser la sede de la Cumbre Iberoamericana en 2010

Por Gilberto Hernández García

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ZENIT Staff

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