CIUDAD DEL VATICANO, 2 mayo 2001 (ZENIT.org).- Del 3 al 11 de mayo se celebra en Roma la cumbre mundial de las Obras Misionales Pontificias, instituciones que en los diferentes países promueven la ayuda moral y económica a los misioneros.
En esta asamblea general anual participarán 114 directores nacionales, en representación de 130 países. El encuentro comenzará con una Sesión pastoral (3 al 5 de mayo) en el que protagonistas de la misión harán un balance de los diez años de la publicación de la encíclica misionera de Juan Pablo II, «Redemptoris Missio».
Las sesiones serán inauguradas con un saludo del cardenal eslovaco Jozef Tomko, que acaba de dejar la dirección de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, donde ha sido durante dieciséis años el máximo responsable de los territorios de misión. Intervendrá a continuación su sucesor en el cargo, el cardenal italiano Crescenzio Sepe.
Del 7 al 11 de mayo tendrá lugar la asamblea general, que comenzará con la intervención del arzobispo Charles A. Schleck, presidente de las Obras Misionales Pontificias (Propagación de la Fe, San Pedro Apóstol, Santa Infancia y Unión Misional) en la que hará un balance de la actividad desempeñada en el último año. Seguirá a continuación la discusión de las peticiones de subsidios que las Iglesias de misión han presentado a este organismo.
Monseñor Bernardo Prince, secretario general de la Obra de la Propagación de la Fe, ha declarado a la agencia Fides, órgano informativo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos: «En el último año se ha registrado un aumento del 10% de las peticiones de subsidios de las Iglesias de misión. Al mismo tiempo, puede decirse que los donativos para la misión han aumentado también globalmente. Ahora bien, hay que hacer una distinción: los países más pobres, a causa del cambio desfavorable del dólar, han disminuido su contribución que, sin embargo, ha sido compensada con una aumento consistente de los donativos de los países más ricos, como Estados Unidos».
Al final de la Asamblea anual, los participantes serán recibidos en audiencia por Juan Pablo II, quien en un discurso debería analizar los desafíos actuales de la misión.
