Decano de la Cámara Apostólica: La misión del Colegio Cardenalicio

Juan Pablo II presidirá el martes el Consistorio para la creación de 31 nuevos purpurados

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CIUDAD DEL VATICANO, 20 octubre 2003 (ZENIT.org).- El próximo martes, en el noveno consistorio de su pontificado, Juan Pablo II creará treinta nuevos cardenales junto a uno «in pectore», según anunció en el «Ángelus» del pasado 28 de septiembre.

Recibirán de manos del Santo Padre la birreta cardenalicia 7 colaboradores de la Curia Romana, 19 pastores de otras tantas Iglesias locales y 4 eclesiásticos con especiales méritos por su compromiso al servicio de la Iglesia. El Papa se ha reservado el nombre de otro prelado, que revelará cuando lo considere oportuno.

Proceden de 23 países; de éstos, cuatro carecían actualmente de un cardenal. Se trata de Sudán, Ghana, Croacia y Guatemala.

De los 30 nuevos purpurados, 26 son electores del Papa, puesto que su edad es inferior a 80 años. Con el Consistorio del martes, el Colegio Cardenalicio quedará formado por 194 cardenales, 135 de ellos electores y 59 no electores, más el cardenal «in pectore».

Pero las funciones de sus miembros van más allá de la elección del Romano Pontífice, según explicó este lunes a Radio Vaticana monseñor Karel Kasteel, secretario del Pontifico Consejo «Cor Unum» y también decano de la Cámara Apostólica, organismo que se remonta mil años.

«Su primera tarea es la de ser el Senado de la Iglesia, y por lo tanto todo cardenal es un consejero específico del Santo Padre y el Papa le puede consultar asuntos cuando lo desee, singular o colegialmente», afirmó monseñor Kasteel.

«Como sabemos, en estos momentos ha reunido a todo el Colegio Cardenalicio y podrá, por lo tanto, tratar con ellos todas las cuestiones que desee», aclaró.

Una de las funciones de la Cámara Apostólica es justamente la de garantizar el correcto desarrollo del Cónclave de acuerdo con las normas previstas.

Es el organismo de la Curia Romana más antiguo (Cf. Zenit, 29 de septiembre de 2003). De él emanan los demás dicasterios.

«En sede vacante –continuó monseñor Kasteel–, tiene la autoridad prevista por la Constitución Apostólica “Pastor Bonus”; el cardenal camarlengo, ayudado por otros miembros de la Cámara, dispone todo lo necesario para el bien de la Iglesia hasta que sea elegido un nuevo Sumo Pontífice».

En cambio, «en “sede plena” –esto es, cuando está el Santo Padre–, el Papa puede confiar a la Cámara Apostólica cualquier tarea que desee», concluyó.

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ZENIT Staff

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