Declaración de obispos de Europa ante el programa de investigación con células madre

«Revés para la protección de los embriones: la Unión Europea afronta un notable desafío ético»

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BRUSELAS, jueves, 27 julio 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la Declaración emitida este 26 de julio por la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), sobre las implicaciones del 7º Programa Marco de Investigación de la Unión Europea, para el periodo 2007-2013.

El programa provee la financiación de investigación y consecuente eliminación de embriones humanos. La declaración se titula «Revés para la protección de los embriones: la Unión Europea afronta un notable desafío ético».

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El Secretariado de la COMECE ha seguido la preparación del 7º Programa Marco de Investigación para el periodo 2007-2013. Expresa su profunda decepción respecto a la decisión del Consejo Europeo de Ministros de 24 de julio de 2006.

La Iglesia católica reconoce la importancia del desarrollo de una economía basada en el conocimiento, investigación e innovación en la Unión Europea. A este fin, el 7º Programa Marco de Investigación (PMI) es un instrumento esencial para apoyar la investigación y la innovación en la Unión Europea. La sesión plenaria de la COMECE, en noviembre de 2005, reconoció que «ciencia e investigación prestan contribuciones notables a la calidad de vida, especialmente en el área de la salud, donde se dispone de nuevas opciones terapéuticas. Son también un importante factor de desarrollo económico».

Como el programa precedente, en su actual forma el 7º PMI sigue promoviendo la investigación en células madre de embriones humanos con el apoyo del Parlamento Europeo. Esta es la actual situación a pesar de la oposición de algunos Estados Miembros que no han logrado obtener mejores garantías para el respeto de la dignidad humana, en las negociaciones en el Consejo Europeo de Ministros del lunes, 24 de julio.

Con el fin de complementar el acuerdo alcanzado por el Consejo de Ministros, la Comisión Europea añadió una declaración de 12 puntos que prevé en concreto que el 7º PMI no financiará la destrucción de embriones humanos, pero financiará la investigación con células madre embrionales resultado de tal destrucción.

Esta declaración es muy insatisfactoria porque la financiación europea de células madre embrionales corre el riesgo de promover en los Estados Miembros la destrucción de embriones humanos. Por consiguiente, el Secretariado de la COMECE reitera su objeción a la financiación de la UE de la investigación que implica directa o indirectamente la destrucción de embriones humanos. A este respecto, recuerda la declaración de la Comisión Ejecutiva de la COMECE, de 31 de mayo de 2006: “Tratar al embrión humano como objeto de investigación no es compatible con la dignidad humana”.

El uso de embriones humanos para fines de investigación (por ejemplo, su destrucción o la investigación con células madre derivadas de estos embriones) no es aceptable. Además no hay necesidad de emprender esta investigación; según los expertos, las células madre de adultos y las células madre del cordón umbilical, ofrecen una vía alternativa con interesantes y reales perspectivas para la terapia.

El Secretariado de la COMECE se siente perplejo por la contradicción entre esta decisión, que es un ataque a la dignidad humana y al principio de la vida, y el objetivo de la Unión Europea de promover terapias encaminadas a salvar vidas humanas. Esta decisión contradice también la Carta de Derechos Fundamentales de la UE que establece en el artículo 1: «La dignidad humana es inviolable. Debe ser respetada y protegida».

Por consiguiente, llamamos la atención de la opinión pública sobre la gravedad de esta decisión. Subrayamos una vez más la importancia fundamental de las dimensiones sociales, éticas y bioéticas de este debate para Europa y su futuro. Invitamos a nuestros conciudadanos y especialmente a los católicos a reconocer la significación antropológica de este debate respecto a la dignidad humana. Les llamamos a hacer todo lo que puedan para fomentar este debate en las instituciones europeas, en los Estados Miembros y en la sociedad civil. Esto es vitalmente importante con vistas a la segunda lectura en el Parlamento Europeo en otoño.

Monseñor Adrianus Van Luyn, obispo de Rotterdam, presidente
Monseñor Noël Treanor, secretario general.

[Traducción realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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