Desafío de la Iglesia en América Latina: diálogo con la política y la empresa

Según el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa

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SANTIAGO DE CHILE, lunes, 4 octubre 2004 (ZENIT.org).- Para el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y Presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el riesgo más grande que existe en América Latina es «olvidarse de los pobres».

En una entrevista concedida a la agencia AICA el purpurado sostiene que «la nuestra es una sociedad que habla de los pobres», pero «para la comunidad internacional, los pobres son un número, un índice».

En cambio, para los cristianos, añade, «los pobres son rostros concretos, son caras que no se pueden ignorar. Cuando los discípulos formaban las primeras comunidades, la recomendación que daban era no olvidarse de los pobres. Esto, en el ámbito de la política de hoy se ha olvidado y necesitamos recordarlo aún más tratándose de una sociedad excluyente».

En este sentido, el purpurado considera que la preparación de la próxima conferencia del episcopado latinoamericano, que tendrá lugar en Roma (febrero de 2007), debe prestar particular atención al «diálogo de la Iglesia con el mundo de la política, de la economía y de la cultura, a través de la Doctrina Social de la Iglesia».

«Este diálogo debe incrementarse porque no son rieles paralelos que no se encuentran porque son los mismos ciudadanos los de la polis y los de la Iglesia. Debemos cuestionar estos mundos y dejarnos cuestionar».

«Esto me parece sumamente importante porque cuando me tocó participar en la preparación de la conferencia del episcopado latinoamericano de Santo Domingo, en 1992, (en ese entonces era secretario general del CELAM) quisimos iniciar un diálogo con economistas y fue tremendamente difícil porque no encontrábamos una asociación de estos profesionales que quisieran reunirse con nosotros, nos descalificaban diciendo: «¿qué saben los curas de economía?». Nosotros respondíamos diciendo que «sabemos de humanidad»».

«Ese fue el camino para iniciar el diálogo y se abrieron unas puertas que permitieron un nuevo diálogo posteriormente entre representantes del Vaticano y organismos internacionales», explica el prelado.

En la preparación de la conferencia de Roma el purpurado atribuye un papel decisivo a la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL), pues «estamos en la era de la comunicación y la RIIAL es un organismo de vanguardia en la comunicación social que se ha ido haciendo realidad en estos 10 años. Por tanto, el aporte que la Red haga no será tangencial, sino de primer orden».

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ZENIT Staff

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