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Domingo 7 de febrero 2016

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El Papa en el ángelus: ‘¿Sabemos fiarnos de la palabra del Señor?’

Texto completo. El Santo Padre pide oraciones y solidaridad con Siria. Con ocasión de la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas pide vencer este crimen e intolerable vergüenza

El papa Francisco se ha asomado a la ventana del estudio del Palacio Apostólico, como cada domingo, para rezar el ángelus con los fieles congregados en la plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Papa para introducir la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de este domingo cuenta – en la redacción de san Lucas – la llamada de los primeros discípulos de Jesús (Lc 5,1-11). El hecho sucede en un contexto de vida cotidiana: hay algunos pescadores sobre la orilla del mar de Galilea, los cuales, después de una noche de trabajo sin pescar nada, están lavando y preparando las redes. Jesús sube a la barca de uno de ellos, Simón, llamado Pedro, le pide separarse un poco de la orilla y se pone a predicar la Palabra de Dios a la gente que se había reunido numerosa. Cuando terminó de hablar, le dice a Pedro que se adentre en el lago para echar redes. Simón ya había conocido a Jesús y experimentado el poder prodigioso de su palabra, por lo que responde: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes” (v. 5). Y su fe no queda decepcionada: de hecho, las redes se llenaron de tal cantidad de peces que casi se rompían (cfr v. 6).
Frente a este evento extraordinario, los pescadores se asombraron. Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador” (v. 8). Ese signo prodigioso le convenció de que Jesús no es solo un maestro formidable, cuya palabra es realmente poderosa, sino que Él es el Señor, es la manifestación de Dios. Y tal presencia despierta en Pedro un fuerte sentido de la propia mezquindad e indignidad. Desde un punto de vista humano, piensa que debe haber distancia entre el pecador y el Santo. En verdad, precisamente su condición de pecador requiere que el Señor no se aleje de él, de la misma forma en la que un médico no se puede alejar de quien está enfermo.
La respuesta de Jesús a Simón Pedro es tranquilizadora y decidida: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres” (v. 10). Y de nuevo el pescador de Galilea, poniendo su confianza en esta palabra, deja todo y sigue a Aquel que se ha convertido en su Maestro y Señor. Y así hicieron también Santiago y Juan, compañeros de trabajo de Simón. Esta es la lógica que guía la misión de Jesús y la misión de la Iglesia: ir a buscar, “pescar” a los hombres y las mujeres, no para hacer proselitismo, sino para restituir a todos la plean dignidad y libertad, mediante el perdón de los pecados. Esto es lo esencial del cristianismo: difundir el amor regenerante y gratuito de Dios, con actitud de acogida y de misericordia hacia todos, para que cada uno puede encontrar la ternura de Dios y tener plenitud de vida.
Y aquí de forma particular pienso en los confesores, son los primeros en tener que dar la misericordia del Padre siguiendo el ejemplo de Jesús. Como han hecho los dos monjes santos, padre Leopoldo y padre Pío.
El Evangelio de hoy nos interpela: ¿sabemos fiarnos verdaderamente de la palabra del Señor? ¿O nos dejamos desanimar por nuestros fracasos? En este Año Santo de la Misericordia estamos llamados a confortar a cuantos se sienten pecadores e indignos frente al Señor y abatidos por los propios errores, diciéndoles las mismas palabras de Jesús: “No temas”. Es más grande la misericordia del padre que tus pecados. Es más grande. No temas. Que la Virgen María nos ayude a comprender cada vez más que ser discípulo significa poner nuestros pies en las huellas dejadas por el Maestro: son las huellas de la gracia divina que regenera vida para todos.
 
Después del ángelus:
Con viva preocupación sigo la dramática situación de la población civil afectada por los violentos combates en la amada Siria y obligada a abandonar todo para huir de los horrores de la guerra. Deseo que, con generosa solidaridad, se dé la ayuda necesaria para asegurar su supervivencia y dignidad, mientras hago un llamamiento a la comunidad internacional para que no ahorre ningún esfuerzo para llevar con urgencia a la mesa de la negociación a las partes implicadas. Solo una solución política en el conflicto será capaz de garantizar un futuro de reconciliación y de paz a ese querido y golpeado país, por el que os invito a rezar mucho. Y también ahora, todos juntos, rezamos a la Virgen por la amada Siria.
Queridos hermanos y hermanas,
hoy, en Italia, se celebra la Jornada por la Vida, sobre el tema “La misericordia hace florecer la vida”. Me uno a los obispos italianos para desear por parte de varios sujetos institucionales, educativos y sociales un renovado compromiso a favor de la vida humana desde la concepción hasta su natural ocaso. Nuestra sociedad debe ser ayudada a sanar de todos los atentados a la vida, mediante un cambio interior, que se manifiesta también a través de las obras de misericordia. Saludo y animo a los profesores universitarios de Roma y a cuantos están comprometidos en testimoniar la cultura de la vida.
Mañana se celebra la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas, que ofrece a todos la oportunidad de ayudar a los nuevos esclavos de hoy a romper las pesadas cadenas de la explotación para reapropiarse de su libertad y dignidad. ¡Pienso en particular en tantas mujeres y hombres, y en tantos niños! Es necesario hacer todos los esfuerzos necesarios para vencer este crimen y esta intolerable vergüenza.
Y mañana, en el Extremo Oriente y en varias partes del mundo, millones de hombres y mujeres celebra el fin de año lunar. A todos les deseo que experimenten serenidad y paz en el seno de sus familias, que constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y del compartir, de la atención del cuidado del otro. Que el nuevo año pueda llevar frutos de compasión, misericordia y solidaridad. Y a estos hermanos y hermanas nuestras del Extremo Oriente que mañana celebrarán el año lunar, les saludamos con un aplauso desde aquí.
Saludo a todos los peregrinos, a los grupos parroquiales y a las asociaciones procedentes de Italia, España, Portugal, Ecuador, Eslovaquia y otros países. ¡Son muchos para enumerarlos todos! Cito solo a los jóvenes de conformación de la diócesis de Treviso, Padua, Cuneo, Lodi, Como y Crotone. Y saludo a la comunidad sacerdotal del Colegio Mexicano de Roma, con otros mexicanos: gracias por vuestro compromiso de acompañar con la oración el viaje apostólico en México que realizaré dentro de pocos días y también el encuentro que tendré en La Habana con mi querido hermano Kirill.
A todos os deseo un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

‘El reto más grande de la educación en México es poner una atención urgente a la calidad humana’

Entrevista a Carlos Güereca, rector de la Universidad Interamericana para el Desarrollo en México

La UNID es una institución educativa de nivel superior de sostenimiento privado, con presencia en 24 entidades federativas y tiene, por el momento, 50 sedes distribuidas en México.
¿Cuáles son los grandes desafíos actuales de la educación en México?
— Carlos Güereca: Nuestro país tiene grandes desafíos en el tema educativo. Solo el 30 por ciento de los jóvenes llega a la Universidad por diferentes motivos, uno de ellos es la cobertura. Para el 2021, siete millones de jóvenes no podrán estudiar por falta de espacio en las universidades.
Pero el reto más grande de la educación en México es poner una atención urgente a la calidad humana. Definir la base y el estándar que medirá la calidad humana de un profesionista, educar en la ética y valores, para responder a las preguntas que hacen al ser humano más humano todavía: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?
¿Qué puede suponer la visita del Santo Padre para el mundo de la educación en México?
— Carlos Güereca: La visita del Papa Francisco es un motivo de alegría para el pueblo mexicano, pero es aún más para los jóvenes. Las llamadas del Papa a “hacer lío”, a aceptar el reto de ser cristiano, de rechazar la cultura del descarte y adoptar la cultura del acompañamiento, hacen mucho eco en la juventud.
Las universidades debemos proveer los espacios y las oportunidades para que esos llamados que el Papa hace al mundo (no solo cristiano), puedan ponerse en práctica. Estaremos muy atentos a los mensaje del Sumo Pontífice en nuestro país para que nos den guía en el camino formativo de los jóvenes mexicanos.
El papa Francisco tendrá un encuentro con el mundo laboral. Desde su posición de rector de una universidad mexicana, ¿cree que los jóvenes de México tienen esperanza en el futuro?
— Carlos Güereca,  ¡Por supuesto! Y no solo los jóvenes, si no todos aquellos que vivimos la virtud de la esperanza fundada en Jesucristo. Pero hablando en especial de los jóvenes, ellos tienen una tendencia natural a querer mejorar la sociedad, a participar activamente en proyectos que trasciendan y ser parte de algo más grande y noble. Esa fuerza que posee el joven contagia a los que estamos a su alrededor y nos motiva en la certeza de un México mejor.
Desde su Universidad, ¿cómo ayudan a las jóvenes a mantener viva esta esperanza en una sociedad tan golpeada por la violencia?
— Carlos Güereca: Las universidades contribuimos en mantener en los jóvenes la esperanza de un futuro mejor. El estudio y los esfuerzos que realizan están encausados a un fin bueno, que es el de tener una profesión y por lo tanto un trabajo que los ayude a vivir dignamente su vocación. Eso motiva a los jóvenes.
Se habla de preparar a nuestros jóvenes para competir en un mundo cambiante y global. Pero en la UNID creemos que no solo hay que prepararlos y proveerles las herramientas para competir, si no también para ejercer un liderazgo positivo basado en el servicio a los demás. Que nuestros estudiantes, durante su estancia en la universidad, pongan en práctica la donación desinteresada para hacer el bien y que encuentren en su vida profesional un medio para ayudar a las personas que están a su alrededor, poniendo como prioridad a los que no tuvieron las mismas oportunidades económicas, de familia, estudio, etc.
En nuestra universidad ofrecemos el programa de formación integral Vive UNID que se constituye de 4 fundamentos esenciales para lograr la transformación positiva del individuo y de su entorno: Valores, Impacto Social, Vida Universitaria y crecimiento Espiritual. Todo esto a través de proyectos curriculares y actividades cocurriculares a lo largo de su carrera profesional.
Además, de manera muy especial, nuestras sedes UNID cuentan con el acompañamiento de capellanes que prestan a los estudiantes y administrativos apoyo en su vida espiritual con diálogos y sacramentos.
¿Sabe si hay jóvenes de su Universidad implicados en la visita del Santo Padre? ¿De qué forma?
— Carlos Güereca: Más de 2 mil estudiantes y colaboradores de la UNID que estarán participando activamente como voluntarios en las diferentes ciudades que estará visitando el Papa Francisco, principalmente en Morelia, Michoacán.
Además, estamos apoyando en la administración de algunas de las Redes Sociales oficiales de la visita de su Santidad y en la oficina de comunicación.
¿Qué frutos cree que podría dejar la visita pontificia?
— Carlos Güereca: La visita del Papa Francisco es la oportunidad de reafirmar la vocación cristiana del pueblo mexicano, de reavivar la llama de la fe, y de retomar la bandera de la caridad.
Estoy seguro que la presencia del Sumo Pontífice en tierras mexicanas moverá nuestros corazones en la imitación de Cristo misericordioso y en la caridad con los menos favorecidos.
¿Alguna otra información que cree que puede ser de interés para los lectores de ZENIT?
— Carlos Güereca: La Universidad Interamericana para el Desarrollo se preocupa por la formación integral de sus estudiantes a través del programa de formación VIVEUNID que busca impactar de manera positiva al 100% de sus estudiantes beneficiando a más de 40 mil personas por año. Sus estudiantes cursan 5 materias de formación a lo largo de su carrera realizando acciones concretas para apoyar a la sociedad. En la última encuesta que realizó la institución a los empleadores, el 92% reconocen la integridad de los jóvenes estudiantes y egresados de la UNID.Agradezco a Zenit por este espacio tan importante e invito a todos los lectores a seguir de cerca las actividades del Papa en nuestro país.

El Santo Padre reza por las víctimas del terremoto de Taiwán

La tragedia de este viernes en Tainan deja 26 muertos y más de 500 heridos

El papa Francisco “se entristeció al enterarse del sufrimiento causado por el devastador terremoto que golpeó a Tainan, dejando muchos muertos o gravemente heridos”.  Así lo indica el telegrama publicado este domingo, firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado.

De este modo, el Santo Padre envía sus condolencias y asegura su oración a las familias de los fallecidos y heridos, así como al personal de rescate y las autoridades civiles.
Finalmente, Su Santidad, “encomendando las almas de los difuntos a las entrañas de misericordia de Dios, invoca abundantes bendiciones divinas de consuelo y fortaleza a los que lloran y sobre todo los que han sido afectados por esta tragedia”, se lee en el mensaje.
El terremoto de magnitud 6,4 en la escala de Richter, que tuvo lugar este viernes en Taiwán, ha dejado hasta el momento 26 muertos y más de 500 heridos, así como unas cien personas resultan aún atrapadas entre los escombros en Tainan, al sur de la isla.

Santa Josefina Bakhita – 8 de febrero

«Su estremecedora vida no puede dejar a nadie indiferente. Encarnó de forma sublime el precepto evangélico: hasta setenta veces siete, perdonando a sus crueles verdugos y agradeciendo que indirectamente la hubieran acercado a Dios»

La conmovedora existencia de esta mártir africana, doctora del perdón, una de las más impresionantes que han desfilado en esta sección de ZENIT, dio la vuelta al mundo cuando san Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre de 2000. Fue la suya una vida que interpela sobre ese insondable misterio del amor de Dios que se impone sobre la felonía y brutalidad de algunos seres humanos. Ya es verdaderamente trágico pasar por la vida siendo verdugo de otros, de tantas formas como se manifiesta la agresión en los distintos escenarios donde discurre la convivencia, siempre que en ella campea el egoísmo. Pero cuando se alcanzan cotas como las que que tuvo que padecer esta santa, enmudecen las palabras y uno siente que el latido del corazón se queda en suspenso. Si a eso se le añade su insólita capacidad para perdonar, movida sin duda alguna por la gracia, el amor brilla con poderosísima fuerza en medio de tanta fiereza, y no cabe otra salida que volver los ojos al cielo donde habita la unidad, la verdad, la bondad y la belleza, atributos del Absoluto, porque en Él radica la explicación de tan excelsa respuesta. Ella encarnó admirablemente la indicación de Cristo de perdonar sin límites: «hasta setenta veces siete» (Mt, 18, 22).
Vino al mundo en un continente con una tradición de siglos de esclavitud aterradora. Nunca supo ni su fecha exacta de nacimiento, aunque pudo producirse en torno a 1870 en Olgossa-Darfur, Sudán, en la tribu de los dagiu, y tampoco recordó su nombre, borrado para siempre por la conmoción de un hecho espantoso que le acaeció alrededor de sus 9 años. Fue capturada por dos negreros mientras paseaba con una amiga. Inocente y temerosa siguió a los extranjeros que intimaron a su compañera: «Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino; te alcanzaremos dentro de poco». Una vez aislada de su amiga, uno de los malhechores la sujetó mostrando un cuchillo que aplicó a su costado, y en tono amenazador, revelando sus aviesas intenciones, advirtió: «¡Si gritas, te mato! ¡Adelante, camina, síguenos!». La infeliz criatura no fue capaz de decir su nombre cuando se lo preguntaron, y entonces la denominaron Bakhita, «afortunada», aunque el simbolismo encerrado en este significado le sería develado por completo a través de un atroz camino signado por la cruz. Tenía tres hermanos y dos hermanas, una de ellas era su gemela. Otra había desaparecido antes en manos de diferentes negreros; tan cruel separación produjo una honda amargura en toda la familia.
Bakhita fue vendida a cinco amos distintos, siendo maltratada junto a otros esclavos como «bestias de carga», encadenada, brutalmente golpeada, pasando hambre y sed, hacinada en nauseabundos espacios. Inútilmente intentó fugarse. El cuarto amo al que la entregaron en torno a sus 13 años la tatuó con una cuchilla marcándola con 114 incisiones: «seis en el pecho, setenta en el vientre y cuarenta y ocho en el brazo derecho». Para evitar infecciones le aplicaron sal durante un mes: «Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal». En 1882 fue comprada por el cónsul italiano Calixto Legnani: «Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me quería mucho […]. No había reproches, ni castigos, ni golpes, y a mí me parecía imposible gozar de tanta paz y tranquilidad». Con este amo y su amigo Augusto Michieli viajó a Italia. La señora Michieli no tuvo escrúpulos en manifestar su deseo de poseer numerosos esclavos, y el cónsul se desprendió de Bakhita, a la que su nueva ama destinó como niñera de su hija Minnina.
Los negocios obligaron al matrimonio a residir fuera de Italia, y dejaron a Bakhita y a Minnina bajo el amparo de las cannosianas de Venecia. El administrador de la familia, Cecchini, le regaló un crucifijo que ella contemplaba sintiendo una indescriptible emoción en lo más íntimo de su ser. A través de la formación recibida, comprendió que el Dios de los cristianos «había permanecido en su corazón» y le había ayudado a soportar la esclavitud. En un momento dado, expresó: «Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa». ¿Quién puede decir algo así, con una trayectoria tan dramática como la suya, si no es por una gracia que procede de lo alto?
El 9 de enero de 1890 recibió el bautismo, la comunión y la confirmación de manos del cardenal de Venecia, tomando el nombre de Josefina Margarita Afortunada. Cada día era ocasión para conocer más al Dios «que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma». Aún trataron de aherrojarla con las cadenas a través de la señora Michieli, quien a su regreso de Sudán quiso llevársela con ella. Con enorme valentía Bakhita se negó y se quedó con las religiosas canossianas. La esclavitud era ilegal en Italia y esa baza jugada a su favor la rescató. A los 38 años de edad se convirtió en una de las hermanas de la orden. Trasladada a Venecia desempeñó trabajos humildes, limpiando y cocinando, a la par que cuidaba a los pobres.
No fue agraciada con dones extraordinarios, pero su fama de santidad la precedía. Impresiona su sentido del humor y su alegría en medio de la tragedia que asoló su existencia. En 1929 tuvo que narrar su vida por obediencia y comenzó a viajar por Italia impartiendo conferencias. El 8 de febrero de 1947 en Schio (Italia) sucumbía su débil organismo aquejado por el dolor y la enfermedad. Decía a su enfermera:«¡Por favor, desatadme las cadenas… es demasiado!». Sus últimas palabras fueron:«¡Madonna! Madonna!». El papa la denominó Nuestra Hermana Universal.

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Rocío Lancho García

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