Descubriendo a la Iglesia católica en Macedonia

Entrevista con el cineasta Ivan Cigic, luego de rodar en el país balcánico

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ROMA, domingo 2 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Mark Riedemann, para Dios llora en la Tierra, en colaboración con la fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, entrevistó al director de cine Ivan Cigic, quien es también periodista y experto en las iglesias de los Balcanes.

Acaba de regresar de un viaje de filmación en Macedonia. ¿Cuál fue el propósito de este viaje?

– Ivan Cigic: Fuimos para filmar un documental acerca de la Iglesia católica en Macedonia. Estuvimos durante casi veinte días yendo de un lugar a otro, tratando de descubrir todos los detalles de la Iglesia Católica allí.

¿Cuál fue su percepción cuando estuvo en ese país?

– Ivan Cigic: Tras el desmantelamiento de Yugoslavia, Macedonia estaba sola, rodeada por sus vecinos que estaban muy descontentos con el ascenso de los nuevos estados en esa parte del mundo. Macedonia se enfrenta a muchas dificultades económicas: un alto nivel de desempleo –que se calcula aproximadamente en un 25%, pero la economía informal es muy alta, por lo que uno no puede confiar en las estadísticas oficiales–, agricultura ineficiente, combinado con el hecho de no ser miembro de la UE hace que sea difícil exportar sus productos hacia el oeste, y finalmente el salario promedio que es de unos 250 euros al mes, incluso para las personas con estudios superiores.

Usted ha mencionado que la creación de Macedonia como un nuevo estado no era bienvenido… ¿Puede contarnos un poco acerca de esto?

– Ivan Cigic: Esa parte del mundo estaba preocupada,  muy especialmente después de la caída del comunismo en Albania. Los países que circundaban a Albania, como Macedonia, Kosovo y Montenegro tienen un gran número de minorías albaneses que deseaban ser parte de los nuevos estados. Unos ocho años atrás, estas minorías albanesas exigieron cierta independencia o autonomía respecto a la vida cultural y política. Las autoridades macedonias intentaron negociar un acuerdo de paz, que terminó en un conflicto que se prolongó durante cerca de un año y medio con algunas bajas, pero felizmente no estalló en un conflicto significativo como los acontecimientos en Kosovo y Bosnia-Herzegovina.

¿Qué pasa con los países vecinos, ¿por qué hubo celos si se quiere, o falta de entendimiento sobre este nuevo estado?

– Ivan Cigic: Esto tiene raíces históricas. Los griegos nunca aceptaron al pueblo macedonio como independiente. Los griegos siempre han estado orgullosos de declarar que el primer estado griego fue Macedonia. Por eso, cuando Macedonia declaró su independencia, Grecia vio esto como un ataque directo a su soberanía. Hoy en día, Grecia y Macedonia están en discusión en un tribunal de La Haya y en la ONU sobre un nuevo nombre para Macedonia. Los griegos no están dispuestos a reconocer a Macedonia como estado y desean recuperar el nombre de Macedonia –aunque la OTAN ha aceptado a Macedonia como estado miembro–,  por lo que las personas se sientan más seguras ahora que antes.

La Iglesia católica en Macedonia comprende dos tradiciones, la de rito latino y la de rito bizantino. En primer lugar, ¿cómo se llegó a esto? En segundo lugar, ¿cómo se ven estas dos tradiciones en Macedonia, ya que son a la vez iglesias minoritarias?

– Ivan Cigic: Básicamente, la Iglesia católica de rito latino ha sido considerada como una iglesia misionera.

¿Un cuerpo extraño dentro de Macedonia?

– Ivan Cigic: Exactamente, y la Iglesia católica de rito bizantino fue percibida como una rama de la Iglesia Ortodoxa hasta el siglo XIX. Se basaban en lo que es hoy en día Grecia. Cuando los griegos les niegan el derecho a hablar su propio idioma, y a tener su liturgia en su propio idioma, ​​además de imponerles la lengua griega, ellos [los católicos macedonios] decidieron separarse y pedir al papa que los acepte como parte de la Iglesia Católica, con la estipulación de que podían mantener su lengua y utilizarla para la liturgia. El Vaticano aceptó. Así, se declararon a sí mismos como parte de la Iglesia católica. Esto provocó y dio lugar a un choque frontal. La política griega ejecutó un exterminio casi total. Muchos murieron y otros fueron exiliados hacia lo que es hoy la parte sureste de Macedonia y por décadas, no tuvieron líderes de la iglesia. Hoy en día, hay un poco más de 12.000 católicos de rito bizantino rodeados por una mayoría ortodoxa.

¿Cuáles son las relaciones hoy? Tenemos la ortodoxa griega, tenemos la ortodoxa macedonia, y tenemos las iglesias católicas…, ¿y el Islam?

– Ivan Cigic: Como en los Balcanes, es una situación complicada. Todavía hoy muchos ortodoxos griegos y ortodoxos macedonios consideran a la Iglesia católica de rito bizantino casi como traidores. Y la comunicación entre ellos es muy limitada; pero ahora que está el problema creciente del Islam en Macedonia, la relación se ha descongelado y últimamente es pacífico. Hay un obispo responsable tanto del rito latino como del bizantino. A él, como dice en su lema «Ut unum sint», le gustaría trabajar en pro de la reconciliación entre las comunidades.

¿Cómo va el futuro?

– Ivan Cigic: Creo que el obispo Kiro Stojanov es una de las personas más importantes en la historia de la Iglesia católica en Macedonia, sobre todo teniendo en cuenta que él es el primer obispo macedonio en 104 años; es muy bien aceptado por todas las religiones en Macedonia. Él es percibido, no solo entre los creyentes, sino por todos los macedonios –ateos o de otras religiones–, como alguien que con gran éxito está tratando de construir puentes entre todas las religiones.

Usted mencionó que durante muchas generaciones no ha habido ninguna jerarquía, y que tampoco han habido muchos sacerdotes, además que las parroquias han estado inactivas o abandonadas… ¿Qué hizo la gente para mantener la fe en esos momentos?

– Ivan Cigic: Es muy interesante que a pesar de que las iglesias permanecieron vacías durante décadas, ellos [los católicos] mantuvieron una «memoria colectiva» y no quisieron abandonar su fe. Ni siquiera pensaron de que su fe podría ser sustituida por otra cosa. Tras el nombramiento del obispo Kiro Stojanov, algo sucedió; una nueva generación de jóvenes sacerdotes ha nacido. Estos nuevos sacerdotes son muy respetados por la comunidad y de alguna manera ellos [los católicos] han recuperado la esperanza de que la Iglesia va a ser grande otra vez, como lo fue a mediados del siglo XIX, antes de que ocurriera la tragedia. Es así que la gente está regresando, empezando a volver a la confesión y participan activamente en la liturgia. Otra observación interesante que hice fue que los creyentes ortodoxos, al ver estos sacerdotes católicos activos, están llegando a las iglesias católicas a confesarse porque dijeron que a menudo no tienen estas oportunidades en sus propias iglesias. Así es que, poco a poco, están cada vez más cerca de lograr esta unidad. Nosotros fuimos testigos en una pequeña aldea, durante la Pascua, del encuentro de católicos y ortodoxos orando juntos en la iglesia. No importaba si se trataba de una iglesia católica u ortodoxa. Era agradable ser testigo de eso.

¿Entonces las relaciones ecuménicas se dan a nivel de la base?

– Ivan Cigic: Sí, creo que sí, y lo que es más interesante es que esto es iniciado por las personas, por los creyentes y no por la jerarquía. Así que eso significa que va a durar y tendrá vida.

Traducción del original inglés por José Antonio Varela V.

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ZENIT Staff

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