Desde América Latina aportamos la práctica de la misión, no solamente la teoría

Entrevista a monseñor José Grullón, obispo dominicano de San Juan de la Maguana

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Por José Antonio Varela Vidal

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 31 octubre 2012 (ZENIT.org).- Ya tiene las maletas listas para regresar, luego de tres semanas de trabajo como padre sinodal en la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Monseñor José Dolores Grullón Estrella es obispo de San Juan de la Maguana, una cálida diócesis ubicada en el departamento centro oeste de San Juan, en la República Dominicana.

ZENIT dialogó con el obispo dominicano. Como latinoamericano, y a la vez protagonista directo del desarrollo de las principales iniciativas misioneras asumidas por la V Conferencia General del Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM) en Aparecida en 2007, monseñor Grullón regresa a su diócesis para continuar lo que venía haciendo con sus feligreses: vivir todos en misión permanente. Y él, en lo personal, quizás seguirá grabando sus reflexiones diarias que difunde a través de la web del Obispado.

¿Le sorprendió que el papa en su homilía de clausura del Sínodo, mencionara como único ejemplo de evangelización directa a la “Misión Continental” de América Latina?

–Monseñor Grullón: Es que la Misión Continental fue una conclusión, un propósito, un compromiso de la Conferencia de Obispos en Aparecida. Yo fui parte de la comisión preparatoria y pensamos que no podía quedar solo como un documento, por lo que comenzamos a pensar qué podría quedar… Y algo que quedó fue el Tríptico, que es el anuncio del kerigma por las casas. Por ejemplo en mi país se sacaron tres millones para llevárselo a cada familia, casa por casa, con retiro de preparación, fue toda una misión. Esta misión se organizó en todo el continente. Luego se conformó una comisión para darle el seguimiento, donde participé también, y se prepararon documentos sobre cómo dar el primer anuncio, cómo dar una catequesis kerigmática y muchos otros materiales que han permanecido.

Parece entonces que todo eso llegó a los oídos del papa, ¿no?

–Monseñor Grullón: Sí, esto ha repercutido, y en el mismo Sínodo salió mucho. Para el mismo Aparecida, el papa Benedicto XVI fue un factor muy importante, porque se quería desde Roma que fuera como los sínodos, que se dieran propuestas para que luego alguien las recogiera. Pero entonces el papa fue el primero en decir que hiciéramos según la forma que nosotros ya teníamos, él nos apoyó y le dio mucho seguimiento. Después el documento llegaría al papa y él ya sabía que nuestro compromiso era la Misión Continental. Posteriormente, no solo ha ido a América Latina, sino que la directiva del CELAM ha venido a verlo y le ha presentado el éxito de lo que ha sido la “Misión Continental permanente”, que ahora lo decimos así, porque es algo permanente.

En lo personal, ¿cómo ha percibido esta experiencia del Sínodo?

–Monseñor Grullón: Creo que aquí se ha dado una vision universal de la Iglesia. En las intervenciones los obispos han expresado sus retos, sus ansias, sus necesidades, su trabajo, sus limitaciones, sus choques con la cultura, y cómo entrar a las diferentes culturas con sus problemáticas. Además un respeto muy grande a las otras religiones, porque si algunos creemos en Jesucristo, es una primera cosa que puede llevarnos a la unidad. Y los que no creen en Cristo, por lo menos tienen muchos valores que son cristianos y eso es importante.

Una Iglesia en diálogo, muy en contacto con la cultura moderna, ¿no?

–Monseñor Grullón: Yo saco esa impresión, como un llamado a la universalidad de la Iglesia… Que la Iglesia tiene un papel grande de acoger las culturas, de acoger todo, porque la Iglesia es luz del mundo. Se debe acoger todo para poder iluminarlo, porque si uno no acoge las cosas, no puede influenciar, si uno no se acerca no puede llegar a ellos.

¿Cómo ha recibido el mensaje final y las recomendaciones…?

–Monseñor Grullón: Algo muy importante fue que nosotros, desde América Latina, tratamos que algunas cosas sean incluidas y así ha sido. Las proposiciones acogen muy bien lo de la misión, de que la Iglesia es misionera; porque teológicamente todos estamos de acuerdo, pero en la práctica esto debe hacerse, y eso ya es otra cosa. Nosotros desde América Latina aportamos la práctica, no solamente la teoría, en el sentido de que la Misión sí es posible hacerla.

¿Entonces todos deben hacerla?

–Monseñor Grullón: Un problema que tenemos en la Iglesia entera, es que nuestros sacerdotes no saben cómo hacer una misión, no están preparados para la misión. Una cosa que ha salido en el Sínodo es que a nuestros seminaristas debemos prepararlos para la misión, para que sean evangelizadores, y no solamente teólogos. Hablamos de la misión en general, incluida la urbana.

Ha habido entonces un énfasis en esto…

–Monseñor Grullón: A la iniciación cristiana se le ha dado mucha fuerza durante el Sínodo, comenzando desde la primera evangelización, el anuncio del kerigma. Porque eso lo hemos descuidado mucho, y hemos creido que somos un pueblo converso, un occidente convertido. Pero nos hemos olvidado de que hay un primer anuncio que es Jesucristo, el kerigma, que es el punto de partida para que se provoque el encuentro con Cristo. Creo que esto ha quedado bien claro en el Sínodo.

¿Qué otro punto destacaría de los documentos finales?

–Monseñor Grullón: Lo de las comunidades… Porque tú evangelizas, lanzas el primer anuncio, pero es para convocar comunidades. Yo me propuse esto, y precisamente esa fue mi presentación a partir de todas la experiencias de América Latina, así como de nuestra experiencia en República Dominicana, ya que las comunidades son las que realmente hacen el trabajo. Esto debido a que un sacerdote sin comunidades, no hace nada. Pues nuestras comunidades son las que llevan el mensaje a los más alejados, son las que preparan los bautizos, van casa por casa, y a través de un censo van donde no están los bautizados. También salió lo de la importancia de la visita casa por casa, la visita domiciliaria, ya que en este mundo en que hay como un individualismo, es el momento más adecuado para llegar a las familias.

Si hablamos de casas, nos referimos también a departamentos que están dentro de edificios, con muros, porteros, intercomunicadores…

–Monseñor Grullón: La gente cree que es más difícil llegar a los conglomerados de departamentos, pero eso es lo más fácil, porque basta que consigas una familia que viva dentro de ese conglomerado de departamentos, y esa es la familia llamada a formar las comunidades, para hacer el censo y saber como está la situación de cada uno. Y además, en esos edificios hay sitio para reuniones, salas, hay todas las facilidades para vivir la Iglesia al interior de los mismos.

¿Cómo es una sesión de trabajo en dichas comunidades?

–Monseñor Grullón: Ellos se reúnen semanalmente. Son familias vecinas, no muchas personas, 6 o 7 familias que se congregan. Usan el método de la Lectio Divina con el evangelio del domingo siguiente, tratan de analizarlo y en la misa confrontan lo que han dicho ellos con lo que dice el sacerdote. Pero no todo se resuelve con las pequeñas comunidades, son importantes también los movimientos que atraen distintas clases de personas. Por ejemplo tenemos allá al movimiento Emaús, que está atrayendo a muchas personas que se habían alejado, personas clave en la sociedad como médicos y otros profesionales. Esto en todo el país es un punto muy importante, porque están muy ligados a la Iglesia, a las parroquias y están dando como un aire nuevo, porque lo que se trata es de servir.

¿Se refiere a dar testimonio cristiano a través del servicio?

–Mon
señor Grullón: Lo que pasa es que en la Iglesia creemos que lo principal es predicar, con palabras; y entonces la gente te dice que no sabe predicar, que no sabe orar, ¡pero sí sabe servir! Y tú puedes convocarlo para el servicio. Y por ejemplo, esta gente profesional se pone a cocinar y a servir en la mesa, y eso atrae a los otros al ver cómo sirven….

ZENIT viene sirviendo por 15 años y está de aniversario…, ¿Cuál sería su mensaje?

–Monseñor Grullón: Lo del trabajo de ZENIT es muy importante, porque es un recoger las noticias para que nos llegue a nosotros, a todo el mundo, de un modo tan asequible. A mí me llega, aunque no me he suscrito, así es que se ve que quieren evangelizar y eso es importante. ¡Porque en la evangelización, lo importante es el querer! Creo que mantener ese noticiero escrito de ZENIT, para que llegue a todos, es muy importante porque es una ventana abierta. Yo todos los días, lo primero que hago es leerlo, porque así uno se entera por dónde va la Iglesia Universal…

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ZENIT Staff

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