Desde Jerusalén, llamada contra la RU486

Jornada de ayuno y oración del Apostolado “Jóvenes por la vida”

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JERUSALÉN, jueves 29 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- “En los países económicamente más desarrollados, las legislaciones contrarias a la vida están muy extendidas y han condicionado ya las costumbres y la praxis, contribuyendo a difundir una mentalidad antinatalista, que muchas veces se trata de transmitir también a otros estados como si fuera un progreso cultural (“Caritas in veritate”, n. 28)”.

En la última encíclica del Papa Benedicto XVI, leemos estas palabras que impulsan hoy al Apostolado “Jóvenes por la vida” y a todos los que creen en el valor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, a posicionarse contra el inicio de las pruebas de la píldora abortiva RU486.

El viernes 30 de octubre, en toda Italia y en el mundo, se promovió, en el día en que recordamos la Pasión de Nuestro Señor, una Jornada de ayuno y oración (http://www.facebook.com/event.php?eid=190686966101&ref=mf ) para pedir la poderosa intercesión de María Auxiliadora con el fin de que no se iniciaran las pruebas para la comercialización de la píldora abortiva RU486.

El mensaje de la Jornada nace de la idea del Apostolado “Jóvenes por la vida” ( www.youthfl.org ), que ha celebrado recientemente su primer aniversario.

El Apostolado busca difundir la defensa de la vida, sobre todo a través de la oración de la Adopción Espiritual, y está atento a los momentos históricos y a las urgencias que vivimos cada día.

La invitación, iniciada desde Facebook, está dando la vuelta a la web, y llegando también a periodistas y televisiones.

Esta Jornada pretende también ser una llamada de atención sobre el importante tema de la defensa de la vida en general, desde la concepción hasta la muerte natural.

Este evento también es un testimonio, en este momento de fuertes encuentros de vida sobre el tema que refuerzan y animan a seguir adelante y a sentirse cada día más unidos.

El Siervo de Dios Juan Pablo II decía que quien mata a sus propios hijos, mata a su propia nación. Ésta debe ser todavía hoy para nosotros una seria advertencia para no dejar nunca de creer que se puede crear una sociedad mejor basada en verdaderos valores.

[Por Francesco de Ruvo, S.D.B., traducción del original italiano por Patricia Navas]

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ZENIT Staff

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