Después de diez meses, concluye el secuestro policial de un obispo chino

Monseñor Julius Jia Zhiguo ha pasado, en total, dos décadas en prisión

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ZHENG DING, martes, 26 septiembre 2006 (ZENIT.org).- El lunes fue liberado, después de más de diez meses de secuestro policial para «sesiones de estudio», el obispo católico «clandestino» de la diócesis de Zheng Ding (provincia china de Hebei).

Se calcula que desde enero de 2004 ésta es la octava o novena detención de monseñor Jia Zhiguo.

El gobierno chino permite la práctica religiosa en el país sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP) –cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede-.

De ahí que afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» o «patriótica» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».

Hebei es la región china con mayor concentración de católicos, más de millón y medio, en fuerte mayoría «clandestinos».

La agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews.it» ha confirmado la puesta en libertad del prelado, quien ha regresado a su residencia y hasta puede recibir visitas de los sacerdotes de su diócesis, cuando en el pasado sufría un impuesto aislamiento en su casa.

El obispo de Zheng Ding fue arrestado el pasado 8 de noviembre. Fuentes locales que cita la agencia del PIME aseguran que durante esta última detención el prelado ha sufrido interrogatorios y presiones para adherirse a la AP.

La difusión de la presunta liberación de monseñor Jia Zhiguo hace pocos meses no respondía a tal, sino que el obispo católico había sido trasladado para tratamiento urgente a un hospital de Hebei, donde permaneció fuertemente custodiado día y noche, han confirmado las fuentes de «AsiaNews.it».

Consagrado obispo en 1980, actualmente tiene 72 años; ha vivido casi todo su ministerio episcopal bajo arresto domiciliario y una veintena de años en prisión. En su casa atiende a cien huérfanos discapacitados.

Desde Zheng Ding una fuente de «AsiaNews.it» asegura que la liberación del prelado es debida «a vuestras oraciones y denuncias a través de los medios».

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ZENIT Staff

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