Después de Roma, Jerusalén y quizás Estambul

Entrevista a su Santidad Bartolomeo, patriarca de Constantinopla. Se encontrará con el papa Francisco en Jerusalén y lo ha invitado a Estambul

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Una de las novedades más relevantes del pontificado del papa Francisco es la dimensión fraterna y amigable en las relaciones con otras iglesias cristianas. En particular con los ortodoxos. Por primera vez en la historia, el patriarca de Constantinopla fue a Roma para encontrar al papa Francisco en la misa de su inicio de pontificado.

En la última semana de mayo su santidad Bartolomeo participará en un encuentro unitario organizado por el Santo Padre en Jerusalén. En este contexto, el patriarca de Constantinopla ha invitado al papa Francisco a Estambul. Para saber más ZENIT ha entrevistado a su santidad Bartolomeo.

Santidad Bartolomeo, ¿en qué punto se encuentra el proceso ecuménico y en qué punto estamos para ver cumplirse el deseo del papa Juan Pablo II de ver una Iglesia unida que pueda respirar con dos pulmones?
–Patriarca Bartolomeo: Su pregunta sobre cuánto realmente estamos cerca de la unidad de la Iglesia y en particular de permitir a la Iglesia cristiana (occidental y oriental, ortodoxa y católica romana) respirar con dos pulmones es importante. No hay duda que nuestras dos «Iglesias hermanas» están más cerca hoy respecto a todo el milenio pasado, gracias al «diálogo de amor» y al «diálogo de la verdad», es decir, a los pasos hacia la reconciliación y el proceso de diálogo teológico, que ha sido bien establecido en los últimos decenios. A pesar de esto, estamos todavía lejos de la Unidad que compartíamos durante el primer mileno de vida de la Iglesia. Lo más importante para nosotros es tener siempre delante de nuestros ojos el deseo y el mandamiento de nuestro Señor «que sus discípulos estén unidos y la Iglesia sea una sola». Es un escándalo en el Cuerpo de Cristo y para el mundo entero que los seguidores de Jesucristo estén divididos en un momento histórico en el que -hoy más que nunca- estamos llamados a un testimonio común y a una única palabra delante de los desafíos de nuestra época.

Santidad, ¿cuáles son los objetivos más difíciles para la Iglesia en Oriente Medio el día de hoy?
–Patriarca Bartolomeo: Y precisamente en este contexto difícil responderé a su crucial pregunta sobre los problemas de la Iglesia de hoy y el aumento de la violencia que las poblaciones de Oriente Medio están atravesando. Nuestras Iglesias deben proclamar la paz donde hay guerra, anunciar el amor allí donde hay odio y la tolerancia donde hay discriminación. Este principio se aplica tanto a los seguidores de otros credos religiosos pero también a la situación crítica de los cristianos en esta región frágil. Estamos muy preocupados por el aumento de los desórdenes políticos y el aumento de la violencia sobre todo en Palestina, en Egipto, en Irak y más recientemente en Siria. Estamos también profundamente desolados frente a esta indiferencia inexcusable e injustificable inactividad por parte de las autoridades civiles y políticas que han fallado en el proteger a la población cristiana y en general a los ciudadanos. Los líderes cristianos deben asegurar nuestra máxima solidaridad y nuestra fidelidad al Evangelio en Oriente Medio y al mismo tiempo condenar categóricamente cualquier forma de brutalidad y derramamiento de sangre. Debemos subrayar que todos los lugares de culto son templos sagrados del único Dios viviente, precisamente como todos los seres humanos son templos sagrados del Espíritu viviente de Dios.

¿Cuál es el gran significado de la invitación que usted ha dirigido al papa Francisco para visitar Estambul después de Jerusalén este año?
–Patriarca Bartolomeo: Cuando fuimos invitados a participar en la misa de inicio del pontificado del papa Francisco en la plaza de San Pedro -la primera vez en la historia en la que el patriarca de Constantinopla ha participado en el insediamento de un cardenal de Roma- hemos invitado a su Santidad a visitarnos en Phanar [sede de representación en Estambul en Turquía del patriarca del Constantinopla ndr] y también a organizar una visita unitaria a Jerusalén. Este invitación se ha convertido en una costumbre informal de la época de Pablo VI continuada sucesivamente en la elección de Juan Pablo II y preservado después por el papa Benedicto XVI. Sin embargo, nuestra última propuesta que será realizada -si Dios quiere- dentro de pocos meses, es la de celebrar el histórico encuentro del último patriarca ecuménico Atenagora y el papa Pablo VI en el Monte de los Olivos en enero de 1964, la primera vez en la que el Papa de Roma y el patriarca de la nueva Roma se encontraron cara a cara tras el llamado «Gran Cisma» en 1054. Ese evento ha conducido en 1965 a un «levantamiento recíproco de los anatemas recíprocos» y fue reforzado en 1969, por visitas formales anuales de respectivas delegaciones que en 1979 llevaron también a la creación de una comisión internacional para el diálogo teológico entre nuestras dos Iglesias. Es nuestra viva esperanza y ferviente oración que el encuentro con el papa Francisco pueda reforzar la estrecha relación entre la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa.

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Mattia Sorbi

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