ROMA, 1 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Un «terrible malentendido». Así califican fuentes de la Iglesia en Uganda la detención durante 24 horas de tres misioneros por parte del Ejército durante una operación contra los rebeldes en el norte de ese país africano.
Los misioneros fueron detenidos el miércoles, cuando soldados ugandeses allanaron una vivienda ocupada por milicianos del grupo guerrillero Ejército de Resistencia del Señor (LRA, en inglés) cerca de la frontera con Sudán.
En el tiroteo entablado entre las tropas gubernamentales y los guerrilleros, el religioso español Carlos Rodríguez Soto resultó herido en una pierna, pero se encuentra fuera de peligro.
Rodríguez Soto y los italianos Tarcisio Pazzaglia y Giulio Albanese, director de la agencia misionera MISNA, fueron interrogados en la ciudad de Gulu por las autoridades militares sobre su presencia en la zona, escenario de violentos combates entre los insurgentes del LRA y las fuerzas de seguridad.
«Lo importante es que todo acabó bien y que el diálogo sigua su curso en el Norte de Uganda para dar a esa tierra afligida un poco de paz» comenta el arzobispo de Gulu, monseñor John Baptist Odama, en declaraciones publicadas por MISNA.
«La emboscada militar y la captura fue fruto de un terrible malentendido –añade el prelado–. La división de las fuerzas armadas que fue informada sobre su reunión con los rebeldes no fue capaz de informar a sus colegas a tiempo».
«Tanto los soldados como los misioneros tuvieron la oportunidad de aclarar sus posiciones, al reconstruir lo que sucedió. El diálogo entre el gobierno y los rebeldes del LRA debe continuar. Los dos lados están preparando delegaciones que buscan acercar nuestro país a la paz», concluye monseñor Odama.
La Iglesia local ha desempeñado un papel decisivo en las negociaciones, dirigidas por monseñor Odama. El prelado, que es también presidente de la Iniciativa para la Paz de los Líderes Religiosos de la región (ARLPI, en inglés), fue protagonista de una fase secreta de negociaciones que llevaron –por la primera vez en quince años– a contactos directos entre los líderes ugandeses y los rebeldes de Joseph Kony.
En días pasados el prelado entregó una declaración de intenciones de los rebeldes dirigida al presidente Yoweri Museveni quien, después de una declaración de buenas intenciones para alcanzar el alto al fuego, reiteró su intención de mantener la «línea dura».
