Diario vaticano: «Aberrante» matanza de niños en Irak

El arzobispo latino de Bagdad pide afrontar la relación entre religión y violencia

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CIUDAD DEL VATICANO/BAGDAD, jueves, 14 julio 2005 (ZENIT.org).- Espacio destacado en portada dedica este jueves el diario del Vaticano «L’Osservatore Romano» a denunciar «la lógica del odio» que llevó la víspera en la capital iraquí la muerte a 32 niños.

Los chavales murieron, junto a un soldado estadounidense, cuando un terrorista suicida lanzó su coche-bomba a una patrulla de los Estados Unidos rodeada en ese momento en un barrio de Bagdad de niños a quienes repartían alimentos, libretas y caramelos. También se produjeron numerosos heridos.

«La lógica del odio, por lo tanto, ha sembrado nuevamente en el país de Oriente Medio luto y dolor: un dolor que se hace aún más agudo y desagarrado al pensar que, una vez más, son niños inocentes los que son trágicamente golpeados por este aberrante enfurecimiento de violencia».

«Es una barbarie»: así sintetiza la acción terrorista el arzobispo latino de Bagdad, monseñor Jean Benjamín Sleiman, en declaraciones al servicio informativo del episcopado italiano «Sir».

«Insisto, es una barbarie. Ya no se detiene ante nada ni nadie. Esos niños estaban allí para recibir algo que en la vida cotidiana no tienen, alimento y caramelos. Los niños son queridos y preciosos para toda fe religiosa», reflexiona.

«Tal vez ha llegado el momento de afrontar la relación que existe entre religión y violencia -propone-. Pero esto da miedo a todos».

En su opinión, «ya no basta con denunciar lo que ocurre, sino que hay que entender su origen».

«Hoy le ha tocado a los niños, ayer a reclutas en espera de un trabajo. No hay edad, fe o trabajo frente a estos actos. La población está cada vez más cansada y deprimida. Es como si estuviera anestesiada ante hechos de esta clase. Es la única forma para ir adelante aquí, en Irak», reconoce.

Las páginas del diario oficioso de la Santa Sede se hacen eco también este jueves de la bomba que explotó el martes en una mezquita sunní en la localidad de Jalowla, cerca de la frontera con Irán. Murieron dos personas; otras dieciséis resultaron heridas.

Ese mismo día, en Bagdad, el director de una organización humanitaria iraquí, Alí Younes al-Shamaa, fue asesinado junto a otras tres personas, según fuentes del Ministerio del Interior del país.

Esta semana arrancaba con la detención, por parte de las fuerzas estadounidenses en la capital iraquí, del principal lugarteniente del terrorista Al Zarqawi, Abu Abd al-Aziz –de sobrenombre «el emir de Bagdad»-.

El martes el gobierno iraquí anunciaba una reducción del toque de queda -en vigor desde el pasado noviembre en la capital- desde la medianoche a las 5.00 de la mañana.

«Deseamos que la retirada de las tropas estadounidenses tenga lugar después de una decisión de los iraquíes», dijo también el martes el primer ministro Ibrahim Jaafari ante el Parlamento, asegurando que las fuerzas de la coalición dejarán Irak según un calendario decidido por los propios iraquíes a través de las instituciones por ellos elegidas.

El mismo día, el mandatario iraquí se encontró en Bagdad con el vicesecretario de los Estados Unidos, Robert Zoellick, quien afirmó que las fuerzas estadounidense se retirarán de Irak cuando las iraquíes sean capaces de gestionar la situación del país.

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ZENIT Staff

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