Diez años del Instituto Juan Pablo II para la Familia en México

Habla su director, el licenciado Alberto Castellanos

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CIUDAD DE MÉXICO, 3 julio 2003 (ZENIT.org).- Se cumplen diez años del inicio de su andadura en México del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia.

La institución, que cuenta ya con sedes en los cinco continentes, constituye uno de los «sueños» y aportaciones académicas más específicas de este pontífice.

En esta entrevista, el director de la sede de México, el licenciado Alberto Castellanos, repasa los servicios que ofrece este centro universitario centrado en las pioneras ciencias de la familia.

–El Instituto está celebrando su décimo aniversario de fundación en México. ¿Cómo surgió la idea de fundarlo y con qué fines se hizo?

–Alberto Castellanos: El Instituto Juan Pablo II de México nació a raíz de la iniciativa de dos matrimonios mexicanos que estudiaron la maestría en «teología del matrimonio y la familia» que imparte el Instituto Juan Pablo II de Roma. Siendo México un país con un arraigo de familia todavía fuerte, la propuesta fue bien acogida por monseñor Carlo Caffarra, entonces presidente internacional del Instituto. Con el apoyo de monseñor Caffarra se estructuraron los programas de estudio destinados a formar jóvenes que se dedicaran profesionalmente a promover, defender y difundir los valores propios de la persona, el matrimonio y la familia, según el deseo de Juan Pablo II al fundar el Instituto en Roma, el 13 de mayo de 1981.

–¿Cuál es hoy día la estructura mundial del Instituto?

–Alberto Castellanos: La sede central se encuentra en Roma, adjunta a la Universidad Pontificia Lateranense. Actualmente el Instituto se ha extendido a Estados Unidos, España, Brasil, Benin (Africa), India, Australia, Austria, Irlanda y, por supuesto, México.

–¿Qué implica su carácter «pontificio»?

–Alberto Castellanos: El «carácter» o «derecho pontificio» que posee el Instituto, significa que se rige por las normas y reglas que marca la Congregación vaticana para la Educación Católica y que, por tanto, es reconocido y aprobado por esta autoridad como una institución que enseña en fiel concordancia con el Magisterio de la Iglesia. Este reconocimiento es diferente al reconocimiento civil que otorgan los ministerios de educación de los países, y ninguna otra autoridad puede emitirlo.

–¿Qué estudios ofrece el Instituto en México y cuántos alumnos tiene actualmente?

–Alberto Castellanos: El Instituto de México ofrece actualmente los siguientes programas de estudio:
– Licenciatura en Ciencias de la familia (con reconocimiento oficial de la Secretaria de Educación Pública de México).
– Maestría en Ciencias de la familia, en modalidad presencial y modalidad on-line (ambas con el mismo reconocimiento civil que la licenciatura).
– Maestría en psicoterapia de pareja (también con reconocimiento civil).

Cabe señalar que el Instituto de México es el único que posee el reconocimiento civil del Estado para sus programas de estudio, con lo cual los egresados pueden desempeñarse profesionalmente en cualquier sector de la sociedad.

En México, el Instituto cuenta con 3 planteles: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey y tiene un total de 513 alumnos (289 de licenciatura y 224 de maestría).

–¿Cómo surge la licenciatura en ciencias de la familia y cuál es su campo de desarrollo profesional y laboral?

–Alberto Castellanos: La licenciatura en ciencias de la familia nace para responder de manera profesional, con una orientación según la doctrina de la Iglesia, a las urgentes necesidades que presentan hoy en día el matrimonio y la familia en la sociedad. Se trata de un programa completamente original y nuevo que va ganando terreno en el campo profesional y en el campo de las instituciones gubernamentales. No existen especialistas en familia y menos con la formación y orientación que el Instituto ofrece, la cual está basada en la doctrina que el Santo Padre ha marcado en su pontificado en torno al «designio de Dios sobre la persona, el matrimonio y la familia».

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ZENIT Staff

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