Diócesis argentina, laboratorio de la gran misión continental

Concluye la I Fase de la Misión Campana

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CAMPANA, lunes, 1 octubre 2007 (ZENIT.org).- En la ciudad argentina de Campana, «ya se ha puesto en marcha el espíritu que nos pedían los obispos de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida», comunica a Zenit la Arquidiócesis de Zárate-Campana.

Este domingo, con la celebración trasladada de la fiesta de San Vicente de Paúl, se celebró la clausura de la I Fase de la «Misión Campana», a la que el obispo de Zárate-Campana, monseñor Óscar Sarlinga convocó tras la V Conferencia General de Aparecida (Brasil). El prelado argentino ha puesto a la Iglesia en la ciudad-sede de la diócesis en estado de misión.

La primera y última misión general realizada en la ciudad tuvo lugar en 1979, tres años después de haber sido creada la diócesis por el Papa Pablo VI, en 1976.

Las fases de la misión serán:

–I Fase: Misión en Ariel del Plata, a cargo del grupo misionero de Maquinista Savio, cuyos coordinadores fueron el sacerdote Justo Rodríguez Gallego y el matrimonio D’Ambrosio.

–II Fase: Misión Joven, en el mes de octubre-diciembre, a cargo del grupo misionero «Santa María de la Estrella», de Pilar, y del grupo juvenil de la iglesia catedral de Santa Florentina, cuyo coordinador es el sacerdote Mauricio Aracena. La clausura de este tiempo de misión tendrá lugar el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

–III Fase: Misión Joven en el mes de marzo de 2008.

Acogiendo la petición del obispo, el grupo misionero estable de la parroquia de la Inmaculada Concepción Maquinista Savio, localidad entre los partidos de Pilar y Escobar, acudió a la misión permanente en la localidad de «Ariel del Plata», en las afueras de la ciudad de Campana, en la jurisdicción de la parroquia de San Vicente de Paúl.

El grupo misionero está integrado por treinta laicos y dos sacerdotes, el cura párroco, y vicario episcopal para la pastoral de Zárate-Campana, Justo Rodríguez Gallego, y el vicario parroquial, Nicolás Guidi. Todos ellos visitaron casa por casa la zona y los barrios aledaños

En la Misa de clausura, a la que asistieron numerosos fieles, estuvieron presentes monseñor Edgardo Galuppo, vicario general, el sacerdote Marcelo Monteagudo, delegado episcopal para las misiones, el sacerdote Ariel Guzmán, administrador parroquial, y el sacerdote Nicolás Guidi, vicario parroquial de la Inmaculada Concepción de Maquinista Savio.

En la homilía de la celebración eucarística, monseñor Oscar Sarlinga exhortó a la Iglesia en Campana: «¡Recomienza desde Cristo!».

El prelado recordó que, tras la Conferencia de Aparecida con el lema «Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida», «acogimos también el llamado de nuestro Santo Padre Benedicto XVI, en el sentido de ser de verdad discípulos y misioneros, considerando estos elementos como esenciales en la naturaleza propia del cristiano».

«Nos pertenece como vocación más profunda el gozo de evangelizar –añadió el pastor de Campana–, porque la evangelización, es decir, la actividad misionera, corresponde a la vocación específica de la Iglesia».

Recordó que la Iglesia, en pleno respeto de la libertad de los hombres, les va al encuentro, en especial de aquellos que todavía siguen en sombras de muerte; al punto que puede decirse, siguiendo palabras de Juan Pablo II, «que la Iglesia es la misión encarnada».

«Son palabras muy fuertes y que debemos hacer carne en nuestro corazón», subrayó el prelado argentino, uno de cuyos signos fué la bendición del nuevo altar de la iglesia parroquial, «para el centro de la evangelización, la Eucaristía celebrada, que se haga vida misionera en nosotros».

«¡Recomenzar desde Cristo! Hemos hecho carne la misión en toda esta zona de Ariel del Plata, donde tuvo lugar esta primera fase, con muy buena acogida de las familias visitadas», añadió. <br>Explicó a los presentes que ser cristianos mediante el bautismo y la fe implica el seguimiento de Jesucristo. Desde esa perspectiva discipular, indicó monseñor Sarlinga, «hacemos nuestras las palabras del apóstol de las gentes: ‘Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí’ (Gal 2,20) y queremos testimoniar la alegría de ser cristianos, dar testimonio de Cristo en el mundo, y concretamente en esta ciudad de Campana, con nuestras obras y palabras, con la vida de Amor de una Eucaristía celebrada y vivida».

En el año 2006 la diócesis cumplió treinta años y lo festejó el día de su patrona, Nuestra Señora de Luján, el 8 de mayo, en el atrio de la iglesia catedral, con numerosa participación de fieles.
«Un cambio es necesario –urgió el pastor–, un cambio en el sentido de la ‘nueva evangelización’ a la que nos llamó Juan Pablo II, y que nos reitera hoy el Santo Padre Benedicto XVI».

Recordó que, en su reciente encuentro, en Loreto, con medio millón de jóvenes, el Papa Benedicto escuchó su testimonio y respondió a sus preguntas, a la par que se refirió a la dificultad de hablar hoy de Dios en el mundo actual, puesto que algunos ven en Él una limitación a su libertad

Dijo también que, ante los problemas de la sociedad actual, el Papa señaló que «el mundo debe ser cambiado y es precisamente la misión de la juventud cambiarlo».

Pero, subrayó Benedicto XVI, cada uno no lo puede hacer con sus propias fuerzas, sino que sólo «en comunión de fe y de camino, en comunión con María, con todos los Santos y con Cristo» se puede «hacer algo esencial».

Así mismo, dijo monseñor Sarlinga, el Papa «destacó algo tan fundamental como la importancia de la familia, de la que todos nosotros hemos de hacer ‘una célula fundamental de la sociedad’ y también un ‘núcleo evangelizador’».

«¿Tenemos conciencia, como Iglesia local, de ser esencialmente misionera?», se preguntó el obispo de Zárate-Campana. Y añadió: «El Concilio Vaticano II confirmó explícitamente: ‘La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de Dios Padre’».

«Hoy la misión es obra de caridad –subrayó–. Y no es privativa de algunos, sino de todo cristiano-discípulo, precisamente porque, como nos dijo el Papa en ‘Deus Caritas est’, ‘el amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel’».

El pastor pidió que «desde el Espíritu de Pentecostés, estemos siempre dispuestos a recomenzar. Caer y decaer es humano, recomenzar desde el Espíritu es divino», explicó el pastor de Zárate-Campana.

Recordó todavía palabras de Juan Pablo II, en la homilía de conclusión del Jubileo de 2000: «Es necesario recomenzar desde Cristo».

Y la «hermosa exhortación» que hizo el mismo Papa, en 2001, a la Iglesia universal: «Recomienza desde Cristo, tú que has encontrado misericordia; Recomienza desde Cristo, tú que has perdonado y aceptado el perdón; Recomienza desde Cristo, tú que conoces el dolor y el sufrimiento; Recomienza desde Cristo, tú que sientes la tentación de la tibieza: el año de gracia es un tiempo ilimitado; Recomienza desde Cristo, Iglesia del nuevo milenio. Canta y camina».

La Virgen Madre, en su título de «Madre de la Iglesia», y en su advocación de Nuestra Señora de Luján, «nos proteja y como Estrella de la Evangelización nos haga siempre discípulos y misioneros de Jesucristo», concluyó monseñor Óscar Sarlinga.

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ZENIT Staff

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