Dios, fuerza firme en medio de las tempestades; recuerda el Papa

Su omnipotencia no debe hacer olvidar su cercanía, explica

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 3 julio 2002 (ZENIT.org).- El tremendo poder de Dios no nos debe hacer olvidar nunca su cercanía, único consuelo seguro en medio de las tempestades de la vida, asegura Juan Pablo II.

Al intervenir en la tradicional audiencia general de este miércoles, el pontífice recordó que «el Señor no es un emperador impasible, relegado en su cielo alejado, sino que está presente en medio de su pueblo como Salvador potente y lleno de amor».

La meditación del Papa centrada en el Salmo 92, que continúa con la serie de intervenciones sobre los cánticos del Antiguo Testamento comenzada el año pasado, se convirtió de este modo en un motivo de profundo consuelo para el creyente.

En el pasaje bíblico, Dios aparece como rey de una potencia irresistible que se impone sobre las fuerzas del mal y de la naturaleza. Ahora bien, aclaró el Papa, ese «Dios, soberano de todo, omnipotente e invencible, está siempre cerca de su pueblo, al que le ofrece sus enseñanzas». La fuerza del mal es representada, en el Salmo, por el estruendo de las aguas. «El fragor de grandes cascadas produce, en quien siente su ruido ensordecedor y experimenta en todo el cuerpo su escalofrío, una sensación de tremenda fuerza», constató el obispo de Roma.

Sin embargo, el cántico hebreo constata que «la potencia del Señor, que es aún más grande». Lo que antes era motivo de miedo sobrecogedor, se convierte ahora en confianza inamovible en Dios.

El Salmo 92, concluyó Juan Pablo II, se convierte así en «una oración que genera confianza y esperanza en los fieles, que con frecuencia se sienten turbados, ante el miedo de ser arrollados por las tempestades de la historia y golpeados por fuerzas oscuras».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación