Doce mil muchachos de diferentes religiones por la paz en el Coliseo

«Supercongreso» de los «Chicos y chicas por la unidad»

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ROMA, 26 mayo 2002 (ZENIT.org).- Más de 12 mil muchachos de 92 países católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes y budistas renovaron su compromiso este domingo en el Coliseo de Roma para construir un futuro de paz.

«Es necesario invadir el mundo con el amor, un amor sin límites» les dijo Chiara Lubich, fundadora y presidente del Movimiento de los Focolares.

El acontecimiento se convirtió en una especie de «Asís de los muchachos», en alusión al encuentro de líderes de religiones por la paz que convocó Juan Pablo II el 24 de enero pasado.

Al igual que en la ciudad de san Francisco, los muchachos repitieron en el Coliseo la regla de oro común a los creyentes en todas las religiones: «Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran».

Se trataba del «Supercongreso» que cada cinco años organizan los «Chicos y chicas por la unidad», pertenecientes al Movimientos de los Focolares.

Los muchachos musulmanes, presentes en el encuentro, pronunciaron su compromiso: «Nosotros, muchachos musulmanes, queremos comprometernos con vosotros a amar por doquier, en todo momento, sin esperar nada a cambio. Estamos seguros de que cada uno de nosotros será constructor de paz en torno a sí, si pedimos la ayuda de Dios».

En el sugestivo antiguo circo de los gladiadores, se elevaron cantos y testimonios de los chicos. Todos hicieron silencio para escuchar el mensaje que les enviaba Juan Pablo II desde Bulgaria.

«Os invito a ser apóstoles de paz –decía el texto pontificio–. Construid la paz en todas las situaciones en las que vivís diariamente».

Chiara Lubich también confío un importante mensaje a estos muchachos: «Si bien han pasado ya varios meses, ciertamente sigue vivo en vuestros jóvenes corazones aquel tristísimo 11 de septiembre, y está particularmente vivo en estos días, en los que parecen perfilarse nuevas amenazas análogas de terrorismo».

«Frente a estas situaciones y a todas las demás formas de violencia se abre camino el pensamiento de que todo no esto no es sólo fruto del odio entre individuos y pueblos, sino también efecto de la obscura fuerza del mal, con «eme» mayúscula, de las tinieblas, como dice el Papa», explicó la fundadora de los Focolares.

«La situación, por tanto, es seria, pues no es suficiente oponerse a este peligro sólo con las fuerzas humanas: es necesario comprometer las fuerzas del bien, con «be» mayúscula. Y todos vosotros sabéis qué es este bien: es ante todo Dios y todo aquello que tiene origen en él, el mundo del espíritu, de los grandes valores, del amor auténtico, de la oración».

Antes de emprender una festiva marcha de paz que les llevó hasta la plaza de San Pedro en el Vaticano, los doce mil muchachos suscribieron su compromiso a ser constructores del amor imprimiendo la huella de la mano en la escenografía de esta edición 2002 del Supercongreso de los «Chicos y chicas por la unidad».

Más información en http://www.supercongresso.net.

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ZENIT Staff

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