Dolor del Papa ante el fallecimiento del cardenal Primatesta de Argentina

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 2 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI manifestó este martes en un mensaje su dolor con motivo del fallecimiento a los 87 años de edad del cardenal argentino Raúl Francisco Primatesta, arzobispo emérito de Córdoba.

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En un telegrama enviado a monseñor Carlos José Náñez, actual arzobispo de esa ciudad, el Santo Padre recuerda la «abnegada acción pastoral» del purpurado que «le distinguió en su labor episcopal en esa nación, trabajando en la aplicación de la doctrina Concilio Vaticano II y la renovación de la iglesia en fidelidad a Cristo y al sucesor de Pedro».
El Papa garantiza sus oraciones «unido a los fieles de esa comunidad diocesana y a los de San Rafael donde anteriormente ejerció con solicitud su ministerio episcopal, pidiendo a Dios que conceda el eterno descanso a quien durante muchos años fue su diligente pastor».

El cardenal falleció «en paz», como consecuencia de la enfermedad coronaria que padecía desde hacía varios años, según confirmó a AICA su secretario privado, Guillermo García Caliendo.

El cardenal Primatesta, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en cuatro oportunidades, y arzobispo de Córdoba durante 33 años, falleció a las 8 de la mañana (hora local) de este lunes en su departamento particular, ubicado en la zona céntrica de esta ciudad.

Nació en Capilla del Señor, partido de Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires, el 14 de abril de 1919. Cursó los estudios eclesiásticos en el seminario Mayor San José, de La Plata y luego en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología y la de Sagradas Escrituras en el Instituto Bíblico. Fue ordenado sacerdote en Roma el 25 de octubre de 1942.

Al año siguiente de su regreso fue designado Vicario Cooperador de la Inmaculada Concepción, de Quilmes. Posteriormente fue profesor en el Seminario Menor de La Plata, profesor de Teología y Sagradas Escrituras en el Seminario Mayor, del que además fue prefecto y vicerrector.

El 22 de junio de 1957 Pío XII lo elevó al obispado titular de Tanais y lo designó auxiliar del arzobispo de La Plata. Recibió la consagración episcopal el 15 de agosto de ese año de manos de monseñor Antonio José Plaza, arzobispo de La Plata, y de los obispos Jorge Mayer, de Santa Rosa (La Pampa) y Adolfo Tortolo, entonces auxiliar de Paraná.

Además de haber ejercido el Rectorado del Seminario Mayor, fue Vicario General de la arquidiócesis platense y presidió la Sociedad Argentina de Profesores de Sagradas Escrituras, especialidad sobre la que publicó numerosos artículos. El año anterior el Santo Padre lo había designado miembro de la Comisión de los Obispos y del Gobierno de las Diócesis para la preparación del Concilio Vaticano II.

El 14 de junio de 1961 Juan XXIII lo nombró primer obispo de la recién creada diócesis de San Rafael, en Mendoza, de la que tomó posesión el 11 de noviembre de ese mismo año, y el 16 de febrero de 1965 Pablo VI lo promovió a la sede arzobispal de Córdoba.

En el Consistorio del 5 de marzo de 1973 el papa Pablo VI lo creó cardenal del título de la Santísima Virgen María de los Dolores en la Plaza Buenos Aires.

El 14 de abril de 1994 presentó la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Córdoba por alcanzar la edad de 75 años, pero Juan Pablo II, en forma excepcional, le prorrogó su mandato por tiempo indeterminado. Finalmente le aceptó la renuncia casi cinco años después, el 17 de noviembre de 1998.

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ZENIT Staff

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