Dolor del Papa por la muerte del arzobispo iraquí

Su cuerpo ha sido encontrado sepultado este jueves

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 13 marzo 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha manifestado en un mensaje su profundo dolor al recibir la noticia de la muerte del arzobispo Paulos Farj Rahho, de Mosul de los Caldeos (Irak), quien se encontraba secuestrado desde el 29 de febrero.

Según ha revelado el obispo auxiliar de Bagdad, monseñor Shlemon Warduni, el cuerpo del prelado fue encontrado este jueves sepultado, en un lugar que había sido indicado telefónicamente por los secuestradores.

«El cuerpo de monseñor Rahho no presenta signos de violencia o disparos de arma de fuego. Es posible que el arzobispo falleciera por causas ligadas a su precario estado de salud, agravado por las condiciones del secuestro», ha aclarado monseñor Warduni a través del servicio de información de la Iglesia en Italia (SIR).

El obispo ha revelado que «los funerales se  celebrarán este viernes en Karamles. Por el momento no se si podrá presidir las exequias el cardenal Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos, con sede en Bagdad.

En un telegrama enviado al cardenal, el Papa ha manifestado su cercanía  «a la Iglesia Caldea y a toda la comunidad cristiana su particular cercanía, deplorando firmemente este gesto de violencia inhumana que ofende la dignidad  del ser humano y perjudica gravemente a la causa de la convivencia fraternal del amado pueblo iraquí».

«Mientras aseguro fervorosas oraciones de sufragio por el celoso pastor secuestrado precisamente al final de la celebración del Vía Crucis –añade el mensaje papal–, invoco al Señor su misericordia para que este trágico acontecimiento sirva para edificar en la martirizada de tierra de Irak un futuro de paz».

Por su parte, el padre  Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha reconocido que «todos seguíamos esperando y rezando por su liberación, como el Papa había pedido en distintas ocasiones en sus llamamientos».

«Por desgracia, la violencia más absurda e injustificada sigue abatiéndose sobre el pueblo iraquí y en particular sobre la pequeña comunidad cristiana, a la que el Papa y todos nosotros nos sentimos especialmente cercanos con la oración y la solidaridad en este momento de gran dolor», sigue explicando el portavoz vaticano.

«Esperamos que este trágico evento recuerde una vez más y con mayor fuerza el compromiso de todos y en particular de la comunidad internacional para la pacificación de un país tan atormentado», concluye el padre Lombardi.

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ZENIT Staff

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