NOBOL, viernes 13 enero 2012 (ZENIT.org).- Aumenta la devoción a laica ecuatoriana santa Narcisa de Jesús, canonizada en octubre de 2008 por Benedicto XVI. Este año, casi medio millón de peregrinos visitaron el santuario de la santa.
El Santuario Nacional Santa Narcisa de Jesús, situado en la ciudad natal de la santa laica ecuatoriana, en Nobol, Guayas, da a conocer un informe en el que señala que durante el pasado año 2011, unos 471.638 peregrinos visitaron este templo y participaron en las diversas celebraciones litúrgicas del mismo.
Cfra considerablemente superior al año anterior donde el total anual fue de 405.814, habiendo experientado un incremento de 65.824 visitantes, informa a ZENIT el padre Stanley Henriques, rector del santuario.
“Los días de mayor afluencia –afirma- son en el mes de diciembre, durante las fiestas de santa Narcisa, sin embargo hay un número importante de devotos que llegan a este templo en el mes de agosto, especialmente de la serranía y el oriente ecuatoriano en razón de las vacaciones estudiantiles en estas regiones del país, sin dejar de lado la ininterrumpida visita de devotos provenientes de las provincias de la costa, como Manabí, Los Ríos y El Oro”.
Así mismo, añade el rector, “es variadísima la edad y condición social de sus devotos, pudiéndose afirmar que la devoción a santa Narcisa alcanza y sobrepasa las fronteras del Ecuador, con la visita de muchos migrantes de los países vecinos y también de Estados Unidos y Europa”.
Los padre de santa Narcisa, que nació el 29 de octubre de 1832, Pedro Martillo Mosquera y Josefina Morán, eran campesinos y murieron cuando Narcisa era muy joven.
Narcisa Martillo Morán se trasladó a Guayaquil donde vivió por más de quince años dedicada a la oración, al trabajo manual y a la caridad apostólica.
A principios de 1868, viajó a Lima y allí continuó su vida virtuosa como seglar, alojada en la Casa de las Hermanas laicas de la Orden de Santo Domingo, hasta su muerte el 8 de diciembre de 1869. Su cuerpo fue trasladado a Guayaquil en 1955 y ahora permanece en su pueblo natal.
Juan Pablo II la declaró beata el 25 de octubre de 1992 y fue canonizada por Benedicto XVI el 12 de octubre de 2008, en la plaza de San Pedro de Roma.
