Educación, familia, pobreza: emergencias planteadas por el Papa a los políticos

Al recibir a las autoridades civiles de Roma y su región

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 10 enero 2008 (ZENIT.org).- Educación, familia y pobreza. Estas son las tres emergencias que ha presentado Benedicto XVI este jueves al reunirse con las autoridades civiles de Roma y de su región.

El Papa presentó a los políticos un criterio fundamental para evaluar su tarea: «la centralidad de la persona», porque «el principal recurso del hombre es… el hombre mismo».

Emergencia educativa

Consecuencia del principio fundamental sugerido por el Papa es la «importancia decisiva de la educación y de la formación de la persona, ante todo en la primera parte de la vida, pero también durante toda la existencia».

Lo explicó en la tradicional audiencia con motivo del año que concedió al alcalde de Roma, Walter Veltroni, al presidente de la Provincia de Roma, Enrico Gasbarra, y al presidente de la región del Lacio (a la que pertenece Roma), Piero Marrazzo.

En su discurso, el Papa reconoció que «nos encontramos ante una auténtica «emergencia educativa»», pues «cada vez parece más difícil proponer de manera convincente a las nuevas generaciones sólidas certezas y criterios sobre los que pueden construir su propia vida».

«Lo saben muy bien tanto los padres como los maestros, que en parte por este motivo con frecuencia siente la tentación de abdicar de sus propias tareas educativas».

«A ellos mismos, en el actual contexto social y cultural impregnado por el relativismo y también por el nihilismo, les cuesta encontrar puntos seguros de referencia, que les puedan apoyar y guiar en la misión de educadores».

Esta «emergencia», aseguró el obispo de Roma a los políticos, «no puede dejar indiferentes ni a la Iglesia ni a vuestras administraciones».

«En la formación de las personas, están en juego las mismas bases de la convivencia y del futuro de la sociedad», afirmó.

Ataques a la familia

La segunda prioridad presentada por el Papa, respondiendo siempre al principio del carácter central de la persona humana, fue «el respeto y el apoyo por la familia fundad en el matrimonio».

«La familia natural, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es el lugar primario de «humanización» de la persona y de la sociedad, la  cuna de la vida y del amor», recordó.

«Vemos cada día, por desgracia, cómo son insistentes y amenazadores los ataques y las incomprensiones sobre esta realidad humana y social fundamental. Y, por tanto, es particularmente necesario que las administraciones públicas no apoyen semejantes tendencias negativas, sino que más bien ofrezcan a las familias un apoyo convencido y concreto, con la certeza de trabajar de este modo por el bien común».

Pobreza en aumento

La tercera emergencia que presentó el Papa fue la de la «pobreza»: «aumenta sobre todo en los suburbios de las grandes ciudades, pero comienza a estar presente también en otros contextos y situaciones, que antes parecían salvaguardados».

«La Iglesia participa de todo corazón en el esfuerzo por aliviar» la pobreza, «colaborando con las instituciones civiles, pero el aumento del coste de la vida, en particular el precio de las casas, la persistencia de la falta de trabajo, y también los salarios y las pensiones con frecuencia inadecuados, hacen verdaderamente difíciles las condiciones de vida de tantas personas y familias».

En este contexto, el Papa pidió prestar una particular atención a la situación de los enfermos.

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ZENIT Staff

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