EE.UU: Iniciativa parlamentaria para bloquear a las petroleras en Sudán

Un medio para obligar al régimen de Jartum a negociar la paz

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WASHINGTON, 18 junio 2001 (ZENIT.org).- La Casa de Representantes de Estados Unidos condenó el pasado miércoles las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la brutal guerra civil que dura varias décadas en Sudán y expresó su intención de apoyar el proceso de paz y tomar medidas punitivas contra las compañías petroleras extranjeras que explotan los yacimientos de petróleo y gas en el país africano.

Por una aplastante mayoría de 422 contra 2 votos, los miembros de la Cámara aprobaron una ley que autoriza al presidente del país a poner a disposición de los rebeldes que luchan el Sur de Sudán una suma de 10 millones de dólares, y urge a la Administración estadounidense a apoyar conversaciones de paz y ayudar a distribuir la ayuda humanitaria bloqueada por el Gobierno.

Los legisladores indicaron que se sienten moralmente obligados a emprender acciones contra la matanza en Sudán, donde la guerra civil ha acabado ya con la vida de dos millones de personas, ha desplazado a cuatro millones y produce continuas informaciones sobre ejecuciones, esclavitud, trabajos forzados y el uso de niños soldados.

La Cámara aprobó también una enmienda que prohíbe a las compañías extranjeras que buscan petróleo en Sudán, de las que hace una lista, los intercambios de reservas petrolíferas. A las compañías estadounidenses ya se les ha prohibido actuar en Sudán.

La ley pide también a todas las compañías que hacen negocios en Sudán que den a conocer todas sus actividade. Según los promotores de la medida, esta disposición arrojará luz sobre las empresas que negocian en Sudán y el apoyo que ofrecen a la guerra provocada por el Gobierno sudanés.

Se estima que los fondos que sirven al Gobierno de Jartum para financiar la guerra provenientes del petróleo ascienden a 500 millones de dólares al año.

La ley, patrocinada por el representante de Colorado Tom Tancredo, exige reformas sobre las operaciones de ayuda internacional y el desarrollo de un plan de emergencia para proporcionar la mayor ayuda posible pública y privada a Sudán.

«El Gobierno de Sudán usa sus beneficios del petróleo no para ayudar a sus ciudadanos sino para comprar tanques, bombarderos y cañoneras para bombardearlos –dijo el congresista Spencer Bachus–. No podemos quedarnos sin hacer nada y dejar que continúe este horror».

Jeff Emerson, ayudante de Bachus, dijo que la medida tenía como objetivo cinco empresas que realizan actividades de explotación de gas y petróleo en Sudán y cuyos títulos se cotizan en Estados Unidos: China National Petroleum Co; Lundin Oil Corp, de Suecia; Talisman Energy Corp, de Canadá; Totalfina, de Francia; y Petroliam Nasional Berhad, de Malasia.

Numerosas voces, entre ellas las de los misioneros combonianos que actúan en el país, grupos evangélicos y organizaciones de ayuda humanitaria han denunciado que el petróleo es sólo una fuente de financiación de la guerra y la política de «tierra quemada» en el sur por parte del régimen islámico de Jartum. Ahora, a estas voces se han sumado congresistas estadounidenses de todas las tendencias. El Senado está dispuesto a actuar en la misma línea.

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ZENIT Staff

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