WASHINGTON, 26 julio 2002 (ZENIT.org).- Un proyecto de ley que prohíbe el aborto por nacimiento parcial fue aprobado el pasado 24 de julio por la Casa de Representantes de Estados Unidos por 274 votos a favor y 151 en contra. Es la cuarta vez que da luz verde a una medida de este tipo. Si es aprobada por el Senado, el presidente Bush anunció que la firmará.
«Los estadounidenses se sienten horrorizados ante el aborto por nacimiento parcial y lo reconocen como una media cruel y bárbara que no tiene lugar en nuestra sociedad –ha afirmado Cathleen Cleaver, portavoz del Secretariado de Actividades Pro Vida de la Conferencia Episcopal estadounidense–. Nos congratulamos de la noticia y esperamos cuanto antes el voto del Senado».
La portavoz indicó que el aborto por nacimiento parcial se realiza a las veinte semanas de gestación e incluso más y las pruebas neurológicas han confirmado que el niño no nacido sufre atrozmente.
Indicó que asimismo es una amenaza para la salud de las mujeres, ya que requiere tres días de dilatación forzada y puede dañar el cuello del útero con el riesgo de abortos espontáneos en el futuro. «Las mujeres se merecen algo mejor que esto», añade.
«Es una medida cruel y peligrosa, repugnante para la mayoría de los estadounidenses, condenada por la Asociación Médica Estadounidense, prohibida dos veces por el Congreso. No puede ser justificada por más tiempo por nadie sino por los más radicales defensores del aborto. La suerte de esta norma reside ahora en el Senado», concluyó Cleaver.
El aborto parcial se mantenía en pie porque el anterior presidente de EEUU, Bill Clinton, había puesto en varias ocasiones el veto a la prohibición de esta práctica, decidida por los representantes en el Congreso.
