El amor el único camino para Cuba

Iniciado en el Santuario de la Caridad del Cobre el Año Jubilar

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EL COBRE/SANTIAGO DE CUBA, 9 enero 2012 (ZENIT.org).- El Año Jubilar Mariano de la Iglesia en Cuba quedó inaugurado este 7 de enero con una invitación a aprender de la Virgen de la Caridad, que “el amor es el único camino para hacer todas las cosas nuevas”.

En el Santuario del Cobre, ante centenares de fieles, el arzobispo de Santiago de Cuba Dionisio García Ibañez calificó el Año Jubilar de “tiempo de gracia y el año en que actúe el Señor si no nos encerramos en nosotros mismos y en nuestros intereses; si no nos atrincheramos en nuestros criterios.”

Concelebraron una Eucaristía solemne todos los obispos de Cuba y el nuncio apostólico, arzobispo Bruno Musaró. Unos setenta sacerdotes y diáconos participaron, junto a los obispos, en la procesión de entrada desde la parte posterior del santuario en donde también se había congregado el pueblo.

El templo fue llenándose horas antes de la Misa que se inició a las 9:30 de la mañana.

Estuvieron también representando al gobierno cubano Homero Acosta Alvares, secretario del Consejo de Estado, Marcelino Medina González, viceministro de Relaciones Exteriores y Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).

El nuncio leyó un mensaje de Benedicto XVI alentando a los cubanos a dar una respuesta generosa a la Palabra de Dios “que haga que este tiempo de gracia sea un impulso evangelizador que lleve a todos a afrontar la vicisitudes cotidianas con fortaleza y amor”.

Los presentes rompieron en aplausos al escuchar el mensaje fimado por el cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, en el que el papa expresa la “esperanza de poder visitarles próximamente en esa noble tierra cubana”.

Benedicto XVI estará en Cuba los días 26 al 28 de marzo y visitará el Santuario del Cobre, Santiago de Cuba y La Habana.

En la homilía, el presidente de la Conferencia de Obispos Cubanos subrayó que durante el Año Jubilar “el deseo de ser hermanos no debe quedarse en bellos propósitos y palabras sino que debe conducir gestos que se conviertan después en actitudes”. Pidió que el espíritu del Año Jubilar “lo viva todo el pueblo con acciones en que todos estemos implicados en cualquier lugar y circunstancia”.

Se refirió al mensaje de los obispos del 8 de diciembre, y a su invitación a realizar cuatro gestos evangelizadores durante el Año Jubilar, que conmemora los 400 años del hallazgo de la imagen de la virgen de la Caridad en las aguas de la Bahía de Nipe en 1612.

La invitación de los obispos fue entonces a “actuar siempre con misericordia”, especialmente en Cuaresma y Semana Santa de 2012; a acudir a los templos y casas de oración y acercarse a Dios en la fiesta de la Virgen de la Caridad, el 8 de septiembre; a vivir la reconciliación en Adviento y Navidad y a peregrinar al Santuario del Cobre a lo largo del año.

Bajo el lema A Jesús por María: la caridad nos une, el Jubileo fue preparado durante tres años que culminaron con el recorrido de una imagen de la Virgen por toda la Isla y convocando a multitudes.

“No tengamos miedo a ser compasivos y a buscar la reconciliación en diálogo respetuoso” pidió monseñor García Ibáñez durante la homilía. Señaló que estos gestos están en el Evangelio “y nos ayudan a humanizar nuestras relaciones”.

Se refirió a la reciente decisión, por parte del gobierno cubano, de liberar cerca de tres mil presos de las cárceles, “gesto que ha sido apreciado por toda la sociedad, ha llenado de alegría a muchas familias y a otras les ha traído la esperanza pensando en otras acciones similares en el futuro”.

Para el arzobispo, este es un ejemplo de que cuando actúa la compasión “ganamos todos. Depende de nosotros, del Estado y de toda la sociedad realizar estos gestos”, subrayó.

Gran parte de su mensaje estuvo referido a la gratitud a Dios y a personas y grupos que han colaborado en el trienio preparatorio al Año Jubilar: los agentes pastorales y quienes siguiendo sus tradiciones han acogido el paso de la imagen; a las iglesias cristianas y a quienes sin tener fe reconocen la presencia benéfica de la virgen de la Caridad. También quienes viviendo fuera de la Patria llevaron en su manos y en su corazón la imagen de la Virgen.

El arzobispo se expresó con voz entrecortada por la emoción, al evocar que, ante la imagen de la Virgen, “se despiertan los mejores sentimientos y siempre está presente la familia, los amigos, el futuro de la patria y lo que nos hace sufrir cuando alguien sufre y alegrarnos cuando convivimos como hermanos”. Volvió a fallarle la voz al recordar el recorrido de la imagen de la Virgen por pueblos y ciudades en donde se repetía el deseo hecho canción: todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa que seamos hermanos”.

No faltó en sus palabras un recorrido por la historia de Cuba para agradecer “el regalo de la imagen de la Virgen de la Caridad y su presencia” desde 1612, “cuando Cuba aún no tenía conciencia de ser un pueblo”. Monseñor García Ibañez señaló que la actitud de los capellanes del Santuario contribuyó a que por primera vez en Cuba se considerara la liberación de los esclavos en 1801. Recordó la oración de los libertadores ante la Virgen y la primera Misa en el Cobre en una Cuba independiente en 1868, aunque aún ocupada.

“La virgen de la Caridad y su Santuario forman parte inseparable de nuestra historia”, afirmó. El arzobispo explicó el sentido de un año jubilar en la tradición bíblica: un tiempo de gracia en que “los hombres y la tierra se renuevan y la justicia divina es restituida por Dios para todos”. Recordó que cada vez que se hace el bien se humaniza un poco más la sociedad.

La Eucaristía se inició con la acogida de la imagen de la Virgen que ha recorrido la Isla. Los fieles rompieron en aplausos al aparecer la imagen. Junto a ella recibió los aplausos el chófer Armando García que la paseó por todo el territorio cubano.

Representantes de todas las diócesis se acercaron a presentar ofrendas. Un matrimonio de Miami representó a los cubanos en la diáspora

“Le he pedido a la Virgen que bendiga mucho al pueblo cubano. Ella es nuestra madre”, expresó Rigoberto, un católico de Cienfuegos al finalizar el acto. Comentó que para poder estar presentes, los cienfuegueros viajaron en un autobús durante doce horas. Varias horas más tardaron quienes lo hicieron desde La Habana y Pinar del Río. Para facilitar la participación, cada diócesis tuvo que gestionar el transporte con las empresas provinciales correspondientes, dado que el transporte en Cuba pertenece a empresas estatales.

“A pesar de las dificultades sigo teniendo mucha esperanza, una esperanza acompañada de María Santísima, esa mujer que supo decir sí”, comentó el joven de la diócesis de Holguín Manuel Alejandro Rodríguez Yong. “Han sucedido tantas cosas desde que se iniciaron las peregrinaciones de la Virgen que hay pocas cosas que ya puedan sorprenderme”, comentó. El joven compartió que “2012 será un año de bendiciones y que los cambios que sucedan en este país, necesarios y lógicos serán para el bien del pueblo cubano”. “Los jóvenes, esperamos mejoría y una Cuba mejor, que estamos convencidos que va a ser mejor”, concluyó.

Por Araceli Cantero Guibert

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ZENIT Staff

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