''El amor por la Virgen es una de las características de la piedad popular''

Palabras del papa en el rezo del »Regina Coeli»

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Al concluir la santa misa para las cofradías y hermandades de todo el mundo, presentes en Roma, en la explanada ante la basílica de San Pedro, el santo padre Francisco rezó anticipadamente el Regina Coeli con los miles de fieles y peregrinos allí presentes y les dirigió las siguientes palabras.

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En este momento de profunda comunión en Cristo, sentimos viva en medio de nosotros también la presencia espiritual de la Virgen María. Una presencia materna, familiar especialmente para ustedes que integran las cofradías. El amor por la Virgen es una de las características de la piedad popular, que necesita ser valorizada y bien orientada. Por ello les invito a meditar sobre el último capítulo de la Constitución del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia, la Lumen Gentium, que habla justamente de María en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Allí dice que María “avanzó en la peregrinación de la fe” (n.58). Queridos amigos, en el Año de la Fe, les dejo este icono de María peregrina, que sigue al Hijo de Jesús y nos precede en el camino de la fe.

Hoy las Iglesias de Oriente –que siguen el calendario Juliano– celebran la fiesta de la Pascua. Deseo enviar a estos hermanos y hermanas un saludo especial, uniéndome de todo corazón a ellos en la proclamación del hermoso anuncio: ¡Cristo ha resucitado! Recogidos en oración en torno a María, a Dios le solicitamos el don del Espíritu Santo, el Paráclito, para que consolide y conforte a todos los cristianos, especialmente los que celebran la Pascua entre pruebas y sufrimientos, y los guíe en la vía de la reconciliación y de la paz.

Ayer en Brasil fue proclamada la beata Francisca de Paula de Jesús, llamada Nhá Chica. Su vida sencilla fue dedicada toda a Dios y a la caridad, a tal punto que la llamaban “madre de los pobres”. Me uno a la alegría de la Iglesia en Brasil para esta luminosa discípula del Señor.

Saludo con afecto a todas las cofradías presentes que han venido de tantos países. ¡Gracias por vuestro testimonio de fe! Saludo también a los grupos parroquiales y a las familias, como a la gran parada de varias bandas musicales y asociaciones de los Schützen provenientes de Alemania.

Un saludo especial dirijo hoy a la Asociación Meter, en el Día de los niños víctimas de la violencia. Y esto me da la ocasión para dirigir mi pensamiento a cuantos sufrieron y sufren debido a abusos. Querría asegurarles que les tengo presentes en mis oraciones, si bien querría decir que todos debemos empeñarnos con claridad y coraje para que toda persona humana, especialmente los niños, que están entre las categorías más vulnerables, sea siempre defendida y protegida.

También animo a los enfermos de hipertensión pulmonar y a sus familiares.

¡Buen domingo y buen almuerzo!

Traducido del italiano por H. Sergio Mora

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ZENIT Staff

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