El analfabetismo religioso impide comprender el arte sacro

Dijo el obispo de Almería al clausurar la exposición «Luminaria»

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ALMERÍA, lunes, 12 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Con una última visita y varios actos culturales y religiosos, celebrados el pasado fin de semana, la diócesis de Almería, España, clausuró la exposición «Luminaria. Dos milenios de cristianismo en Almería». Así mismo, el día 6 de noviembre, el nuncio en España, el arzobispo Manuel Monteiro, visitó la muestra y firmó en el libro de visitas.

En sus palabras el nuncio apostólico en España expresó su admiración y grata sorpresa por el montaje y sentido de la misma, animando a la diócesis de Almería en su empeño por mostrar a Jesucristo como centro y fuente de Salvación, según indicaron fuentes diocesanas.

«Luminaria», por la que han pasado unas sesenta mil personas, se inauguró el 15 de mayo de 2007. Tenía que haberse clausurado el pasado mes de septiembre, pero alargó su duración ante el éxito obtenido por esta primera muestra del patrimonio cultural de la Iglesia diocesana de Almería.

La exposición estuvo guiada, dijo el obispo de Almería, Adolfo González Montes, el sábado 10 de noviembre en el acto de clausura, «por el mejor de los intereses: dar a conocer la belleza de la fe y el contenido de la misma, que no es sino Jesucristo».

«Luminaria» quiso poner de manifiesto la voluntad de la Iglesia diocesana no sólo en conservar el legado patrimonial generado por la historia de la fe cristiana en nuestro suelo, «sino la disposición a mostrarlo y darlo a conocer en las condiciones sociales y culturales de una sociedad avanzada como la nuestra», precisó monseñor González Montes.

«La Iglesia no ha creado bienes culturales para su ocultamiento, sino primero para manifestar la gloria de Dios y contribuir a la salvación del hombre», subrayó.

«El arte sagrado –dijo el obispo almeriense–, tiene en primer lugar, una finalidad ‘doxológica’», es decir, «la alabanza y glorificación de Dios».

«Porque Dios es amor (cf. 1 Jn 4,8), el hombre tiene un futuro de vida en plenitud, de vida sempiterna y de felicidad colmada. El arte sacro canta por eso la creación y narra la historia de la salvación como historia de la vocación humana, de la llamada de Dios a la felicidad plena, que el hombre sólo puede alcanzar mediante la participación de la vida divina», añadió monseñor González Montes.

Al hacer un primer balance de «Luminaria», el obispo de la diócesis andaluza puso de relieve que, «en muy alta medida, el éxito de la muestra estriba en que son mayoría los visitantes que han reconocido percibir en las piezas contempladas una historia de luz y de amor, que narra los acontecimientos que jalonan nuestra salvación, y la vida de la Iglesia que la proclama y dispensa».

El obispo hizo esta afirmación basándose en comentarios de guías y conductores de grupos, algunos de los cuales exhibían un patente desconocimiento de las normas y simbología artística y litúrgica de la Iglesia a lo largo de la historia.

«No se puede acceder al misterio del templo cristiano si se desconoce la razón de su arquitectura y las representaciones que le dan figura; como no es posible invocar la mediación de los intercesores que, unidos a Cristo Mediador, suplican por nosotros a Dios, sin distinguir entre los santos el lugar singular de María Virgen o la función de cimentación eclesial que la fe otorga a los Doce apóstoles de Cristo», remachó el obispo almeriense.

«La caída de la formación religiosa –explicó- está cegando la capacidad de comprender en su verdad el arte cristiano y, en particular el arte sacro».

«No es necesario que aludamos al desconocimiento de la historia sagrada por las jóvenes generaciones, incapaces de distinguirla de la mitología pagana, y mucho menos de descubrir en la representación de la historia de la salvación los elementos del clasicismo griego y romano, profusamente utilizados por el arte del Renacimiento y el Barroco en la exaltación estética del catolicismo frente al protestantismo después del Concilio de Trento», dijo.

«Las explicaciones guiadas –hizo hincapié– tienden a disolver la crónica en anecdotario y, contra la naturaleza propia del arte sacro, tienden a diluir su razón religiosa en la mera descripción de la evolución de las formas artísticas y los estilos»

En este sentido, el obispo anunció su intención de «proponer unos cursos de formación en arte sacro que capaciten a los guías que han de explicar el interior de la Catedral y el museo catedralicio que nos proponemos erigir canónicamente a tenor de la ley de la Iglesia sobre esta materia y conforme a la legislación acordada entre la Iglesia y el Estado».

«Los buenos resultados obtenidos con relación a los guías de ‘Luminaria’ nos estimula a proseguir en el empeño», explicó.

El obispo se congratuló por «los temores vencidos» ante este desafío que era la primera muestra de arte sacro en Almería: «Los resultados son con creces muchos más de los esperados. Eran temores naturales, porque la mayor parte de las piezas mostradas no eran conocidas para todos los diocesanos».

La exposición ha servido, añadió, «para cumplir el objetivo de dar a conocer el patrimonio eclesiástico, para catalogarlo por primera vez en gran parte o estudiarlo mejor y más pormenorizadamente; y para proveer su custodia y restauración en las condiciones más idóneas».

«El patrimonio cultural de la Iglesia de Almería se podrá estudiar ahora mejor, pero se ha de proceder respetando la normativa canónica que lo protege y evitando cualquier comercialización contraria a la normativa de la Iglesia y de la ley civil, y siempre respetando los derechos eclesiásticos de su titularidad», insistió el obispo.

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ZENIT Staff

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