'El Año de la Fe y la renovación de nuestra Iglesia diocesana'

Carta Pastoral del obispo de Santander

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SANTANDER, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- Con motivo de la proclamación del Año de la Fe, cuya apertura será efectuada por Benedicto XVI este próximo 11 de octubre, el obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora, escribió recientemente una Carta pastoral titulada “El Año de la Fe y la renovación de nuestra Iglesia diocesana”.

En la misma, monseñor Jiménez Zamora afirma que “si la fe no se renueva y fortalece, convirtiéndose en una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro personal con Jesucristo, todas las demás reformas y cambio de estructuras serán ineficaces».

El obispo de la diócesis cántabra dedica la introducción de su carta pastoral a explicar a los fieles el por qué de esta convocatoria de Benedicto XVI a través de la carta apostólica Porta Fidei.

El Año de la Fe, recuerda el prelado coincide con otros don grandes acontecimientos: los cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II y los veinte años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Por ello dedica tres apartados de su carta a los mismos, expresando el deseo de que esta sirva como horizonte de fondo para la realización de la Programación Pastoral Diocesana 2012-2013.

En el primer apartado, dedicado a la fe como experiencia viva del encuentro con Cristo, el obispo de Santander afirma que “en los ambientes de vieja cristiandad, la fe no puede darse por supuesta” de manera que, en vastos sectores de la sociedad existe “una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas”.

Más aún, añade “existe un analfabetismo religioso” todo lo cual se une “para llevar a muchos de nuestros cristianos a vivir una apostasía silenciosa, hasta el punto de vivir como si Cristo no existiera”.

Ante esta situación, propone monseñor Jiménez Zamora, “es necesario que los creyentes activemos nuestra experiencia de fe; una fe que no sólo sea capaz de sostener nuestra vida de cristianos, sino que pueda ser propuesta a los que buscan sentido y compañía en su vida”.

“La fe cristiana es un encuentro vivo, personal y real con Jesucristo. Transmitir la fe significa crear en cada lugar y en cada tiempo las condiciones favorables para que se realice este encuentro entre los hombres y Cristo. La finalidad de toda evangelización es la realización de este encuentro, al mismo tiempo íntimo y personal, público y comunitario”, recuerda el prelado.

Pero este encuentro con Jesús “no deja nada como era antes, sino que asume la forma de metanoia, es decir, de conversión”. Este encuentro, especialmente en la Palabra y la Eucaristía “crea en nosotros la mentalidad de Cristo, en la gracia del Espíritu; una mentalidad que nos hace reconocernos como hermanos, congregados por el Espíritu en su Iglesia, para ser luego testigos y anunciadores del Evangelio”.

“El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad”. “Hay que destacar entre nosotros el valor testimonial de muchos cristianos, que dedican su tiempo y su vida con amor a quien está solo, marginado o excluido, porque precisamente en esas personas se refleja el rostro mismo de Cristo”.

El obispo de Santander propone una serie de actividades, incluidas en la programación pastoral diocesana, en sintonía con este Año de la Fe.

En el segundo apartado, el obispo de Santander propone una reflexión sobre el Concilio Vaticano II, en la celebración de sus cincuenta años. Después de dar algunas notas históricas del acontecimiento eclesial, afirma que se trata de “un concilio con futuro”. “Nuestra tarea actual ante el Concilio Vaticano II consiste en pasar de la nostalgia del pasado a la lectura y aplicación con esperanza de los documentos conciliares, que siguen estando vivos. Tenemos que hacer como “un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo” (Mt 13, 52)”.

“Nuestra misión –añade- es hacer una correcta interpretación del Concilio Vaticano II dentro de la llamada ‘hermenéutica de la reforma’, según señaló el Papa Benedicto XVI en el Discurso a la Curia Romana, el 22 de diciembre de 2005”.

“Nuestra labor en este Año de la Fe es leer en profundidad todos los documentos conciliares, interpretarlos según la mente del Magisterio auténtico de la Iglesia y aplicarlos con la hermenéutica que señala el Papa. Estemos atentos a lo que el Espíritu dice a las iglesias (cfr. Ap 3, 6)”, señala.

Enumera algunas de las principales actividades que desarrollará la diócesis en esta línea.

Por último, el obispo de Santander explica a sus diocesanos la finalidad y objetivos del Catecismo de la Iglesia Católica, como instrumento al servicio de la catequesis. Recuerda también su historia en estos veinte años. Ofrece abundantes textos del magisterio de la Iglesia sobre el mismo. Y propone las actividades de la diócesis relacionadas con el Catecismo.

Concluye su carta pastoral poniendo los frutos de renovación de esta Iglesia Diocesana de Santander bajo la protección maternal de su patrona la Virgen Bien Aparecida.

Se puede acceder al texto completo de la carta en: www.diocesisdesantander.com

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ZENIT Staff

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