El arte, instrumento de «nueva evangelización», según el Papa

Se encuentra con la Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia

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CIUDAD DEL VATICANO, 21 octubre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que es necesario utilizar mejor el patrimonio artístico de la Iglesia como un instrumento decisivo de evangelización y él mismo ha ofrecido pistas decisivas para lograrlo.

El pontífice lanzó su propuesta este sábado al encontrarse con los miembros de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia, que celebraron en el Vaticano su asamblea plenaria.

«La Iglesia siempre ha considerado que, a través del arte en sus diferentes expresiones se refleja, en cierto sentido, la infinita belleza de Dios y orienta por así decir a la mente hacia Él», afirmó el Santo Padre.

Por eso, dijo citando al Concilio Vaticano II, el arte permite que «el conocimiento de Dios se manifieste de una manera mejor y la predicación del Evangelio se haga más transparente a la inteligencia de los hombres».

Esta constatación, añadió, es particularmente necesaria en las sociedad globalizada, pues «los bienes culturales eclesiásticos constituyen un terreno favorable para el fecundo intercambio entre culturas»

El tema de la asamblea plenaria de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia era, de hecho, «Los bienes culturales para la identidad territorial y para el diálogo artístico-cultural entre los pueblos».

Pero para entender el arte cristiano, aseguró el Papa ofreciendo pistas importantes para utilizarlo como factor de evangelización, no es posible separar su «estética del fin religioso perseguido» por estas obras.

«El edificio sagrado –explicó, por ejemplo–, alcanza su perfección «estética» precisamente durante la celebración de los divinos misterios, dado que precisamente en ese momento resplandece su significado más auténtico».

La Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia, cuyo presidente es el arzobispo Francesco Marchisano, tiene por tarea presidir la tutela del patrimonio histórico y artístico de toda la Iglesia (obras de arte, documentos históricos, patrimonios libreros y aquellos que se conservan en los museos, bibliotecas y archivos).

Asimismo debe colaborar en la conservación de este patrimonio con las Iglesias particulares y los respectivos organismos episcopales; promover una sensibilización cada vez mayor en la Iglesia sobre estos bienes.

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ZENIT Staff

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