El arzobispo católico de Lahore alza su voz a favor de la mujer paquistaní

Y pide respeto a las minorías religiosas en una carta al gobierno de Pervez Musharraf

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LAHORE, martes, 23 noviembre 2004 (ZENIT.org).- El arzobispo de Lahore y presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán ha pedido al gobierno del país que 2005 sea el «año del cambio y de la derogación de las leyes contra la mujer y las minorías religiosas».

En una carta abierta dirigida al presidente Pervez Musharraf y al primer ministro Shuakat Aziz, monseñor Lawrence Saldanha expresa el aprecio por parte del episcopado hacia la política gubernamental que está intentando hacer de Pakistán un país donde se verifiquen los principios de justicia social y coexistencia pacífica.

Pero no duda en señalar los desafíos que está llamado a enfrentar Pakistán y que la cúpula política del país debe tener presente, pues son cuestiones que afectan a los derechos humanos, según se desprende del texto del que el sábado se hizo eco la agencia «Fides» de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos.

Reconociendo que es un hecho positivo la abolición del sistema electoral basado en la pertenencia religiosa –antes cada grupo religioso elegía a sus propios representantes en el Parlamento–, monseñor Saldanha observa en cambio que la modificación debe aplicarse también en los órganos de representación local en las diferentes provincias.

Especial atención dedica al llamado «delito de honor», aún vigente en la legislación paquistaní: legitima el asesinato de una mujer a la que se considere adúltera.

La carta lamenta el hecho de que el Parlamento no haya considerado las recomendaciones expresadas por entidades civiles y religiosas en cuanto a la situación de la mujer, que han pedido a una voz una modificación de la ley.

Ésta –apunta el prelado– «reduce a la mujer a entidad legal» y no persigue a cuantos se hacen culpables de violencia contra las mujeres en la vida doméstica y social. Subraya igualmente que la ley ha creado grandes dificultades también entre las minorías religiosas.

El presidente del episcopado paquistaní pide asimismo la derogación de la ley sobre la blasfemia, que prevé hasta cadena perpetua para quien ofenda el Corán e incluso la pena de muerte en caso de ofensa a Mahoma.

Se trata de una disposición que con frecuencia se manipula para venganzas personales o para perseguir a los cristianos (Cf. Zenit, 4 de noviembre de 2004). Considerándola «injusta y discriminatoria», monseñor Saldanha pide su completa derogación.

El prelado dirige estas peticiones a la cúpula del Estado también en nombre de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal, desde hace años comprometida en la defensa de los derechos humanos, de las minorías, de la mujer y de los grupos marginados.

Concluye su misiva asegurando al presidente del gobierno paquistaní «la activa cooperación de la Iglesia católica» en la construcción de una nación libre, democrática y pacífica.

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ZENIT Staff

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