El arzobispo emérito de Taipei impulsa un centro para discapacitados mentales

Destina a tal fin sus regalos de cumpleaños

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TAIPEI, martes, 17 julio 2007 (ZENIT.org).- El arzobispo emérito de Taipei (Taiwán) destina todos los regalos y donativos recibidos por su 80 cumpleaños a la construcción del nuevo edificio del «Yu Jen Vocational Training Center for Mentally Retarded Youth», para acoger a discapacitados mentales de 16 a 45 años de edad.

Muy querido entre los fieles, monseñor Joseph Ti-kang ha recibido, además de numerosas expresiones de afecto y felicitaciones, muchos donativos.

Consciente de las necesidades del citado centro, el prelado no ha dudado en destinar todos esos recursos al servicio de los discapacitados, a los que tanto se ha dedicado hasta la fecha, confirma la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos a través de su órgano informativo «Fides».

Se hace eco del semanario archidiocesano de Taipei «Christian Life Weekly», cuyas páginas recuerdan que tal centro, fundado en 1977, es una entidad privada de servicio social del «Catholic Kuang Jen Social Welfare» -de la archidiócesis taiwanesa-, del cual monseñor Joseph Ti-kang es administrador delegado, además de responsable del centro para discapacitados.

Un misionero belga de la Congregación del Corazón Inmaculado de María (CICM, misioneros de Scheut) dio origen al «Yu Jen Vocational Training Center for Mentally Retarded Youth».

Cuatro millares de personas gravemente discapacitadas desde el punto de vista mental se han beneficiado estos treinta años de la iniciativa. Pero la estructura, ya deteriorada, necesita transformarse en un nuevo centro.

A los dos años de su puesta en marcha, el lugar pasó a ser el primer centro para discapacitados registrado públicamente. A los diez años su administración pasó a la «Catholic Kuang Jen Social Welfare» archidiocesana.

Brinda su inestimable servicio a los discapacitados metales proporcionándoles apoyo para el trabajo, formación para la vida, ayuda psicológica y también oportunidades de esparcimiento.

La aportación de la Iglesia católica, de las autoridades civiles y la generosidad de mucha gente logran financiar el centro.

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ZENIT Staff

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