CIUDAD DEL VATICANO, 5 octubre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha nombrado al obispo polaco Stanislaw Rylko presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, organismo vaticano del que hasta ahora era secretario, según anunció este sábado la Sala de Prensa de la Santa Sede.
El prelado, amigo personal y colaborador del Papa desde hace décadas, de 58 años, sustituye en el cargo al cardenal estadounidense James Francis Stafford, de 71 años, a quien el Papa ha nombrado penitenciario mayor de la Iglesia católica.
Monseñor Rylko, que con el nombramiento ha sido promovido a la dignidad de arzobispo, nació el 4 de julio de 1945 en Andrychow (Cracovia). Dedicó sus estudios teológicos a la profundización sobre el papel de los laicos en la Iglesia, colaborando de este modo en la aplicación del Concilio Vaticano II en su país natal.
Colaborador del Papa en la Secretaría de Estado en años anteriores, era secretario del Consejo Pontificio para los Laicos desde 1996.
En la Curia romana es además consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, miembro del Consejo Pontificio para la Familia, del Consejo para los Migrantes y los Itinerantes, y de la Comisión Pontificia para América Latina.
El Consejo Pontificio para los Laicos, creado por Pablo VI de manera experimental en 1967 y de manera definitiva en 1976, tiene competencia en lo que se refiere «el apostolado de los laicos, es decir, su participación en la vida y misión de a Iglesia, ya sea en cuanto miembros de asociaciones de apostolado, ya sea como fieles particulares», según explica el «Anuario Pontificio».
Entre otras, asesora al Papa en lo que se refiere a la aprobación por parte de la Santa Sede de movimientos y comunidades laicales.
Desde 1984, cuando era presidente de este Consejo el cardenal Eduardo Pironio, este organismo vaticano tiene la responsabilidad de ayudar al Papa en la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Comentarios publicados en la prensa italiana entre el sábado y el domingo recalcan que éste y otros nombramientos en la Curia romana, típicos de este pontífice, demuestran cómo el Papa sigue gobernando de cerca el timón de la Iglesia.
