El brazo derecho del cardenal Ratzinger, nuevo arzobispo de Génova

Monseñor Tarcisio Bertone era secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe

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CIUDAD DEL VATICANO, 10 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II nombró este martes arzobispo de Génova a monseñor Tarcisio Bertone, religioso salesiano, hasta ahora secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, informó la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Sustituye en el cargo al cardenal Dionigi Tettamanzi, quien fue nombrado el 11 de julio arzobispo de Milán.

El arzobispo Bertone, de 68 años, brazo derecho del cardenal Joseph Ratzinger en la guía de la Congregación vaticana desde el 13 de junio de 1995, recibió el encargo de Juan Pablo II de publicar la tercera parte del «secreto» de Fátima (Cf. El mensaje de Fátima, 26 de junio de 2000).

Nacido en Romano Canavese (localidad de la provincia de Turín) el 1 de diciembre de 1934, descubrió muy pronto la vocación salesiana, pronunciando su primera profesión religiosa el 3 de diciembre de 1950. Fue ordenado sacerdote el 1 de julio de 1960.

Tras haber conseguido el doctorado en Derecho Canónico en la actual Universidad Pontificia Salesiana, en 1967 recibió la cátedra de Teología Moral Especial en esa misma institución. En 1976 pasó a dirigir la Facultad de Derecho Canónico, en la que enseñó hasta 1991 «Derecho Público Eclesiástico».

Colaboró en la última fase de revisión del Código de Derecho Canónico, que fue promulgado en 1983, y dirigió el grupo de trabajo que lo tradujo al italiano.

El 1 de junio de 1989 fue elegido rector Magnífico de la Universidad Pontificia Salesiana.

En 1991 Juan Pablo II le nombró arzobispo de Vercelli. En 1993 fue elegido por la Conferencia Episcopal Italiana presidente de la Comisión Justicia y Paz, en donde promovió iniciativas para la educación en la legalidad, la justicia y la moralidad.

Al hacerse público su nombramiento, las primeras palabras públicas de monseñor Bertone este martes han sido «Hágase tu voluntad» (Cf. http://www.diocesi.genova.it)

Dirigiéndose en particular «a quienes se dicen cristianos» en Génova, el prelado ha recordado su lema episcopal «Fidem custodire – concordiam servare» (Custodiar la fe; conservar la concordia).

«No se trata simplemente de resistir en la fe, o de conservar la fe en las personas buenas, sino más bien de ofrecer los criterios de la fe como la clave resolutiva de los problemas de nuestra sociedad», les exhortó.

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ZENIT Staff

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