(ZENIT – Roma).- Un año más las plazas de Roma serán escenario de la iniciativa de evangelización ‘100 plazas’ promovida por el Camino Neocatecumental en la diócesis. El sábado pasado tuvo lugar el envío del cardenal vicario Agostino Vallini en la Basílica de San Pablo Extramuros que bendijo a las casi 500 comunidades de las parroquias de la capital.
Durante los domingos de Pascua hasta Pentecostés, jóvenes y familias realizarán esta misión a cielo abierto en las principales plazas de Roma, como plaza de la República, plaza del Popolo, plaza Risorgimento, pero también otros lugares de la periferia. Todas ellas serán preparadas con un escenario, un icono, un ambón, una cruz y, a través de cantos y catequesis, los miembros del camino neocatecumenal llevarán el anuncio de Cristo resucitado.
“Una misión evangelizadora que es una gracia, en una Roma secularizada, multiétnica y interreligiosa”, comentó el cardenal Vallini. Por otro lado, en una entrevista a Radio Vaticano ha subrayado que la misión de las ‘100 plazas’ es “una forma para evangelizar, para salir de las parroquias” sobre las huellas de las exhortaciones del papa Francisco.
No se trata –ha precisado el purpurado– de ir hacia los otros con soberbia diciéndoles: ‘sois ovejas perdidas’. Se trata de dar testimonio: ‘Yo estaba en esta misma situación. Si tú estás en esta situación, tienes que saber que Dios te ama y te salva’”.
Principalmente, ha añadido, significa responder a una invitación: “la de probar con las pocas fuerza que tenemos a llevar nuestro testimonio en la ciudad de Roma; probar a evangelizar una ciudad que, en mi opinión, lo necesita mucho, desde el momento en el que hoy vivimos en un mundo corrupto, un mundo de corrupción, y los jóvenes son abandonados un poco al peligro”.
Como explicó Kiko Argüello en una entrevista a ZENIT en 2013, presentando por primera vez la iniciativa, “salir a las plazas significa para nosotros dar un gran testimonio de tantos jóvenes que con su propia experiencia atraen a la gente que pasa, quizá solo por curiosidad, tocada sobre todo por los cantos, a escuchar la Buena Noticia de Cristo resucitado”.
Esto –decía Kiko– es lo que pretende el Camino Neocatecumenal y que, además, hacemos desde hace años con las missio ad gentes. Gracias a este tipo de misión hemos visto muchísimas conversiones, sobre todo de gente atea o totalmente lejana de la Iglesia, conmovida y atraída por los cantos, por la cordialidad entre los hermanos, las experiencias y la escucha del kerygma, que toca profundamente el espíritu del hombre, desde el momento que, como dice San Pablo, es el espíritu de Cristo que da testimonio a nuestro espíritu”.
