BOGOTÁ, jueves, 23 diciembre 2004 (ZENIT.org).- El cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, ha pedido al principal grupo guerrillero del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aceptar la propuesta de acuerdo humanitario presentada por el Gobierno para liberar a los secuestrados.
«Acoger esta propuesta sería un cosa magnífica. Les pido que no dejen pasar esta oportunidad», afirmó el purpurado en declaraciones concedidas a la radio «RCN».
Las FARC tienen secuestradas a 63 personas entre políticos, soldados y policías.
El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, aprobó la semana pasada la extradición a los Estados Unidos de uno de los jefes de las FARC, Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad», reclamado por tráfico de drogas.
Sin embargo, Uribe dijo estar dispuesto a no extraditarlo si las FARC liberan antes del 30 de diciembre a los secuestrados, entre los cuales figura la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
Uribe amplió su propuesta el lunes pasado a la oferta de dialogar de inmediato sobre los secuestrados, en cualquier iglesia urbana rural del país, con garantías de delegados eclesiásticos, en lugar de desmilitarizar territorios, como piden las FARC.
Por su parte, el cardenal Pedro Rubiano, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, solicitó ampliar el plazo del 30 de diciembre ofrecido por la presidencia a los guerrilleros para liberar a los secuestrados.
El cardenal Rubiano reiteró en un comunicado que la Iglesia ofrece los templos del país para que se reúnan delegados de las FARC y del Gobierno a dialogar sobre el «acuerdo humanitario» para liberar a los secuestrados.
En el texto, la Iglesia «invita al presidente a ampliar el término de tiempo en el que se pueda construir con las FARC nuevos espacios de interlocución».
Por su parte desde la cárcel «Simón Trinidad», en declaraciones al semanario bogotano «El Espectador», dio como un hecho que será extraditado a Estados Unidos y advirtió que esta situación «cierra todos los caminos» a un intercambio de secuestrados por rebeldes presos.
