El cardenal de Honduras denuncia la globalización de la pobreza

A causa de la falta de solidaridad, aclara en la asamblea de Cáritas Internationalis

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ROMA, 8 julio 2003 (ZENIT.org).- El cardenal de Honduras, Oscar Rodríguez Maradiaga, ha advertido ante un modelo de globalización promovido desde grupos de poder de países desarrollados que no tiene en cuenta la justicia con los países más débiles.

«La globalización económica sin la globalización de la solidaridad es un suicidio para los pobres y, por ello, para la mayoría de la humanidad», denunció el arzobispo de Tegucigalpa al intervenir este lunes en la sesión inaugural de la asamblea general de Cáritas Internationalis.

«Sólo se han globalizado las lógicas de los mercados financieros. Y el absolutismo de ese capital hace estragos», añadió ante los 400 delegados de 154 Cáritas nacionales de todo el mundo reunidos esta semana en Roma.

«El nuevo orden mundial que se nos presenta proviene de la unificacion de mercados para facilitar la circulación de dinero y mercancías», constató el primer purpurado hondureño de la historia.

Según el cardenal Rodríguez Maradiaga esta concepción de la globalización requiere que «siga habiendo pobres en determinados lugares del mundo, y es necesario procurar que no se muevan de lugar para que sigan produciendo miseria barata para los ricos».

«La injusticia y la desigualdad son signos distintivos del mundo actual –constató–. No estamos caminando hacia un sistema más justo, aunque el marketing del pensamiento único así nos lo presente».

«No podemos seguir siendo ciegos –añadió– No caminamos simplemente hacia una globalización, de los mercados, es decir, hacia la concentración de la riqueza, sino que estamos caminando hacia la globalización de la pobreza».

«Lo que es moralmente falso no puede ser económicamente correcto», siguió diciendo. «La actual situación mundial nos llevará a escoger entre nuestra autodestrucción y la recuperación de esperanzas ciertas, que surgen al ritmo del Evangelio».

«Desde diversas instancias –subrayó el purpurado– se nos está recordando la necesidad de poner fin a este escándalo y de dar pasos hacia un modelo sostenible, humanizando la globalizacion y convirtiéndola en una promesa y un proyecto auténticamente universales».

Para el cardenal Rodríguez Maradiaga «ser solidario exige ponerse en lugar del otro, para descubrir sus necesidades y esforzarse por satisfacerlas de acuerdo con las posibilidades de cada situación».

«La lógica del don cura al alma destruida o debilitada por la marginación», concluyó.

Durante la primera sesión de esta Asamblea, que se prolongará hasta el próximo sábado, 12 de julio, se ha aprobado la incorporación a la Red Cáritas, como nuevos miembros de pleno derecho, de Cáritas de Kazajstán, Cáritas de Bielorrusia, Caritas Social-Action (un organismo de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales constituido el año pasado como resultado de la unión de la «Catholic Agency for Social Concern» y el «Catholic Child Welfare Council»); Cáritas de Estonia, Cáritas de Letonia, Cáritas de Serbia y Montenegro, CORDAID (Países Bajos), Catholic Campaign for Human Developement (Estados Unidos) y Cáritas de Tonga.

Asimismo, se incorporarán a Cáritas Internationalis, como nuevos miembros asociados, la Cáritas de Mongolia y los Karuna Myanmar Social Services (Birmania).

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ZENIT Staff

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