El cardenal de Madrid y el arzobispo de Valencia vuelven a clamar por la paz

MADRID, 6 febrero 2003 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio María Rouco Varela y monseñor Agustín García Gasco, arzobispos de Madrid y Valencia respectivamente, hicieron públicas este jueves sendas cartas pastorales en las que piden evitar una guerra contra Irak.

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El cardenal arzobispo de Madrid afronta la situación internacional con motivo del lema de Manos Unidas para este año: «El desarrollo, camino para la paz».

«Una paz terriblemente quebrantada hoy en el mundo –constata en su misiva–, con una inusitada violencia en la misma Tierra Santa de Jesús, y con la amenaza de una nueva guerra en Irak, que llena de sombras de muerte a toda una población ya extenuada por las consecuencias de doce largos años de embargo».

Ante esta situación, según el arzobispo de Madrid, «el genio cristiano de Manos Unidas responde, no con vacíos discursos de un pacifismo demagógico, sino con la sencillez y la eficacia de las obras de caridad, a las que a todos nos invita a participar en su Campaña».

«Justamente porque es la caridad la que nos urge», afirma el cardenal Rouco, en el lema con el que nos convoca este año se proclama la indispensable necesidad del verdadero desarrollo, de la persona, y por ende, de los pueblos.

El purpurado ha invitado, por tanto, a los cristianos madrileños a participar «con toda generosidad» en la colecta de la Campaña contra el Hambre y en la jornada de Ayuno Voluntario que organiza Manos Unidas para este fin de semana.

Por otro lado, el arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García Gasco, en su carta semanal publicada hoy, ha advertido que «la paz y la guerra las hacen las personas, no los sistemas ni los órdenes económicos», lo que acentúa «la responsabilidad moral de los seres humanos en la historia».

Para el arzobispo de Valencia, quienes justifican la guerra mediante la despersonalización , «no hablan de personas ni de decisiones humanas, sino de sistemas y órdenes económicos, intentando ocultar que al final siempre hay personas con nombre y apellido que optan por la paz o la guerra».

Según monseñor García Gasco, «hacia la paz y hacia la guerra hay un camino que cada persona puede o no recorrer».

El prelado coincide en el análisis de la situación con el cardenal Rouco, al afirmar que la paz debe tener una «necesaria plasmación social porque pide un trabajo interior que se traduce en obras de justicia, de acogida, de hospitalidad, de adecuada convivencia».

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ZENIT Staff

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